En el año 2022 va a celebrarse la conmemoración de la primera vuelta al mundo referenciada históricamente. Los actuales comportamientos demoníacos de muchos dirigentes políticos españoles y del resto de las naciones no son algo ni baladí ni espontáneo, sino que espolean un apoteósico cambio mundial como los que la humanidad ya ha experimentado a lo largo de su trayectoria en los distintos ciclos de su progreso. El nuevo sistema planetario aún no tiene nombre —se lo impondrá la perspectiva— y no será cruento, uniformizará lo funcional, pero diversificará lo formal; unificará los objetivos de salud, riqueza y ecuanimidad, pero enriquecerá las aportaciones y manifestaciones de cada nación.
La pluralidad es la característica de este nuevo y drástico hito mundial que se está configurando, síntesis de lo mejor de todas las civilizaciones, habiendo sido España la nación que aportó este concepto y este hecho a la humanidad por primera vez y en todo el acervo cultural internacional. La eleminación de fronteras y la capitalidad del globo terráqueo se materializarán como algunas de las bases de esta mundialización.