Navarra ha invertido 60,8 millones de euros durante los años 2019 y 2020 para mejorar infraestructuras de abastecimiento y saneamiento de agua en un centenar municipios. Estos datos los ha facilitado el consejero Bernardo Ciriza, tras realizar el balance del grado de ejecución del Plan Director del Ciclo Integral del Agua de Uso Urbano, el mayor instrumento contra el cambio climático en materia hídrica de la Comunidad Foral.
Las actuaciones en materia de abastecimiento han alcanzado los 37 millones de euros. Destaca la ejecución de las obras de conexión de la ETAP de la Pedrera en Tafalla por 9,8 millones (de los cuales el Gobierno de Navarra aportó 6,5 millones a través del Plan de Inversiones Locales 2017-2019, y la Mancomunidad de Mairaga 3,3 millones), que han posibilitado la llegada de agua de calidad de Itoiz, a través del Canal de Navarra, a municipios como Peralta o Falces.
En cuanto a las obras en saneamiento, éstas superan los 20 millones de euros, de los que más de 7 millones se han invertido en municipios de menos de 350 habitantes. Cabe destacar que en estas entidades se trabaja de forma prioritaria. Es el caso, por ejemplo, de los municipios de Muruzabal-Uterga-Legarda, Cabredo, Hiriberri/Villanueva de Aezkoa, Zigaurre, Guerendiáin, Ujué/Uxue, Arbeiza-Zubielqui, Asiáin-Izu, Arano, Ustárroz o Igúzquiza; así hasta un total de 25.
El Consejero de Cohesión Territorial, Bernardo Ciriza, ha comparecido hoy en Comisión Parlamentaria para realizar un balance del grado de ejecución del Plan Director del Ciclo Integral del Agua de Uso Urbano de Navarra, acompañado por el director general de Administración Local y Despoblación, Jesús María Rodríguez, y por el gerente de la sociedad pública Nilsa, Fernando Mendoza.
El Consejero Bernardo Ciriza, el director general de Administración Local y Despoblación, Jesus María Rodríguez y el gerente de NILSA, Fernando Mendoza
Ciriza ha destacado que “por primera vez se acomete en Navarra la gestión unificada del ciclo integral del agua, es decir, desde su captación antes de ser consumida, hasta su devolución al río, una vez depurada”. Ha incidido, además, en que este Plan Director es “el mayor instrumento contra el cambio climático en materia hídrica de la Comunidad Foral; resulta clave en un escenario en el que las previsiones apuntan que para 2030 las aportaciones hidrológicas disminuirán un 15%, mientras que las previsiones indican que la población continuará estable, o incluso se verá aumentada ligeramente, lo que supone que con menos recursos habrá que atender, al menos, las mismas demandas”.
Por su parte, el gerente de la empresa pública Nilsa, Fernando Mendoza, ha puesto en valor que “éste es un Plan que nos está permitiendo ofrecer a la ciudadanía navarra servicios básicos como son el abastecimiento de agua de boca y saneamiento de las aguas residuales, como derecho de todos los habitantes de Navarra por igual, desde los núcleos de población mayores, hasta los más pequeños concejos, con una calidad similar para todos. Es un plan muy ambicioso que se está realizando en cooperación entre el Gobierno de Navarra y las entidades locales, municipios y mancomunidades. Desde su aprobación en 2019 ha conseguido poner en marcha inversiones que superan los 60 millones de euros”.
464 millones de inversión en 12 años
Cabe recordar que el Plan Director del Ciclo Integral de Agua de Uso Urbano 2019-2030 fue aprobado en el Parlamento de Navarra en mayo de 2019. Su principal objetivo es garantizar el acceso a un servicio básico y adecuado de abastecimiento y saneamiento como derecho universal de todos los habitantes de Navarra.
El cumplimiento de este Plan Director requiere de inversiones importantes por parte tanto del Gobierno de Navarra como de las entidades locales, competentes en materia del ciclo integral del agua. Se estima una necesidad de inversión de 464 millones de euros en 12 años. Estas inversiones cuentan con tres líneas principales. La renovación de redes en baja y pavimentación en pueblos y ciudades de Navarra requeriría 158 millones; el abastecimiento de agua en alta precisaría 142 millones, y el saneamiento de agua en alta requeriría 126 millones.
El Plan consta de diez líneas de acción: refuerzo del ciclo integral, gobernanza, acciones generales de abastecimiento, mejora del abastecimiento en alta y en baja, acciones generales de saneamiento, mejora del saneamiento en alta y en baja, costes y sistema tarifario, conocimiento, sensibilización y divulgación.
En lo que se refiere al abastecimiento, para 2030, el objetivo es que el 100% de la población se abastezca desde fuentes con agua bruta de alta calidad y que se alcance un cumplimiento total de la normativa de aguas de consumo. El sistema se diseña buscando fuentes de suministro suficientemente sólidas y a la vez diversificadas, promoviendo el empleo de aguas de menor calidad para usos menos exigentes. Se prioriza la protección de las áreas que drenan a las captaciones para uso urbano.
El objetivo para saneamiento es que, durante los años de vigencia del Plan, todos los núcleos mayores de 100 habitantes tengan un sistema de depuración biológico. Los núcleos menores estarán atendidos por tratamientos primarios, salvo que se considere necesario en función del impacto causado. Se estudiará la implantación de tratamientos avanzados para eliminación de nutrientes o micro contaminantes.