El Ayuntamiento de Torremolinos ha dado a conocer los datos turísticos oficiales ofrecidos por el INE a cierre del pasado año 2017, cuando el municipio costasoleño rozó el millón de turistas, concretamente el destino recibió 941.037 visitantes. Así la ciudad tan solo perdió un 1,51% de viajeros en comparación con el ejercicio anterior, a pesar del cierre de gran parte de la planta hotelera por reformas en el primer trimestre de 2017, en un año en el que Torremolinos acaparó el 44,21% de la inversión hotelera de toda la Costa del Sol según arrojó el estudio ‘The Hotel Property Handbook’, de Deloitte.
También según los datos del Instituto Nacional Estadística y a pesar de las obras de las grandes cadenas hoteleras, las pernoctaciones se situaron en 4.636.272 tan solo un 4,86% por debajo de 2016. Una situación derivada asimismo del cambio de tendencia de los hábitos de consumo de del viajero, que actualmente tienden a dividir las vacaciones en distintos momentos del año y a reducir las estancias, que en el caso de Torremolinos se situó en una media de 4,9 días en comparación con los 5,10 días de 2016. Por otro lado desde el Consistorio se ha destacado la subida del 11,4% del ingreso medio por habitación en el año 2017, situándose en 68,7 euros, tal y como destacan Exceltur Patronal Hotelera, que destaca a Torremolinos entre “los destinos andaluces que experimentaron un muy positivo 2017”.
Fuentes municipales han querido responder así a la ‘alarma’ creada por el ex regidor, Pedro Fernández Montes, quien tildaba la situación actual de ‘recesión turística’. En este sentido se ha recordado que la verdadera “recesión turística” se produjo entre el año 2006 y el 2010, cuando Torremolinos tuvo un descenso acumulado de 2.959.661 pernoctaciones y 780.219 viajeros. Concretamente si comparamos los resultados de 2006 y 2010 se pasó de las 5.107.521 pernoctaciones a 3.910.115, perdiendo así 1.197.406 estancias hoteleras. Igualmente se perdieron 353.986 viajeros en el mismo tipo de alojamiento al bajar de 1.161.512 a 807.526, de manera que se produjo una bajada del 30,47% de turistas y un 23,44% de estancias, coincidiendo además con el cierre de cientos de negocios en el casco histórico del municipio.
Inversión hotelera en 2017
Torremolinos acaparó año 2017 la mayor cuota de inversión vinculada a la compra-venta de establecimientos hoteleros de las operaciones registradas en toda la Costa del Sol, colocándose como destino preferente de negocio para grupos nacionales e internacionales. De las ocho transacciones realizadas por un global de 320 millones de euros, tres corresponden a Torremolinos y suman un importe de negocio de 141,5 millones de euros.
El dato lo revelaba el estudio The Hotel Property Handbook 2017, elaborado por Deloitte. Torremolinos, con tres transacciones y 141,5 millones de inversión (el 44,21 por ciento del total), se sitúa por delante de Málaga capital en que también se han realizado tres operaciones de compra pero que han sumado 133 millones de euros, Estepona –con una operación de 32 millones- y Marbella, con una operación otra única compra por valor de casi 13,5 millones de euros.
En el caso de Torremolinos, las compras hoteleras realizadas por los grupos de inversión nacionales e internacionales se refieren a las ejecutadas sobre el Hotel Sol Príncipe, cerrada por el fondo Starwood Capital Group al fondo británico London & Regional Properties por un importe de 88,9 millones de euros, la mayor operación registrada en toda Andalucía este año.
A esta se suma la del Hotel Pueblo Camino Real, por 40 millones de euros -adquirido por Logitravel-; y el Hotel Gran Cervantes by Blue Sea, comprado por el fondo de capital privado Portobello por 12,6 millones de euros. Fuentes de la consultora Deloitte, autora del estudio The Hotel Property Handbook 2017, han vinculado el fuerte interés inversor por las corporaciones nacionales e internacional en el sector hotelero de la Costa del Sol, y dentro de ella en Torremolinos, por el marco de “oportunidad como consecuencia del alargamiento del verano y por la oferta de golf y playa”, a lo que se añade “la labor que vienen realizando las administraciones en el sentido de generar experiencias gastronómicas, culturales, incentivos para desestacionalizar esa demanda y hacer que de lunes a domingo haya mucha más ocupación hotelera”.