FALSEAR O NO falsear los balances empresariales, esa es la cuestión en los mercados españoles. Pescanova, Bankia, Gowex, Banco de Valencia... tantos casos con cuentas infladas que han sido sometidos a auditorías para averiguar dónde han engañado y beneficiarse unos pocos mientras empobrecían a los demás. Ingeniería financiera lo llaman, para luego descifrar lo que hay de sucio en esos negocios que han obtenenido fraudulentamente astronómicos ingresos. Los trabajadores, cualquier trabajador, no se libra del control de las administraciones, pero los empresarios, cualquier empresario, si quiere, engaña. ¿Y engaña también la auditora? La labor de un auditor es complicada y también hemos comprobado que pueden "orientar" esas cuentas, y algunas de estas gestoras de control pueden estar vinculadas a extraños intereses. Para una auditora, lo más fácil es comprobar lo que está en los libros de contabilidad y lo más difícil, detectar lo que no está en ellos. ¿Y quién audita a las auditoras? Demasiados casos de empresas que han influido capciosamente en los mercados en beneficio propio y perjudicando a la buena marcha de la economía. Pero no hacen más que seguir las tácticas de la oligarquía económica, que inyecta en la vena social de forma subrepticia prácticas poco honorables que tienen en cuenta al grueso de la población para enriquecerse, al tiempo que hacen parecer que su labor es muy complicada. Sus intereses se entremezclan con las tendencias de los mercados que a veces son, como alguna vez he dicho, hienas que copulan una vez al año pero joden todos los días, se muestran despreciables y se alimentan de la escasez global de las gentes; carroñeras. Con esas características ¿de qué se ríen la hienas de los mercados? Quien sabe adaptarse a su dinámica es capaz de obtener pingües beneficios sobre una inexistente realidad financiera, manipulan las cuantías que aparecen en las pantallas del ordenador, donde el dinero real es solo un símbolo. Si la jugada sale bien y se libran de la auditoría, consiguen hacer una carambola a los mercados.
Juan Carlos YAGO |
|
|
|
|