El proyecto LIFE ZeroEnergyMod comenzó con el objetivo de construir espacios habitables de fácil instalación y transporte bajo el estándar Passivhaus que permite reducir el consumo de calefacción y de refrigeración, mejorar la calidad del aire y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Gracias al almacenamiento de energía mediante hidrógeno y la producción de energía mediante paneles fotovoltaicos y aerogeneradores, los módulos consiguen generar el 100% de la energía que necesitan con energías renovables.
Hoy, han logrado ya un prototipo que se instalará en la Antártida para ponerlo a prueba en un clima extremo. Y, además, su trabajo ha sido premiado en España con uno de los premios Energy Glob World Award, el galardón medioambiental más reconocido del mundo, y ha sido uno de los cinco finalistas a nivel internacional.
En el proyecto participa una investigadora del Grupo de Ingeniería Térmica y Sistemas Energético (GITSE) del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), Beatriz Rodríguez, profesora del Centro Universitario de la Defensa, que junto a otros tres socios están desarrollando ZeroEnergyMod.
Los módulos sobre los que trabajan están destinados principalmente para bases militares. Actualmente, las soluciones habitables instaladas en los campamentos militares consumen una gran cantidad de combustibles fósiles. No obstante, el objetivo es que puedan utilizarse también para los campamentos de refugiados, las zonas remotas, la ayuda a emergencias, la construcción de colegios temporales o para todo tipo de organizaciones que sean civiles en misiones de paz, para el desarrollo y la cooperación internacional, las ONGs o para cualquier empresa pública, privada o Administración Pública que precise desarrollar su actividad en áreas remotas.
El prototipo se abastece con energía eólica y solar, que se almacena a corto plazo en baterías y de forma estacional mediante hidrógeno para alimentar las necesidades energéticas. El proyecto tiene varios retos, reducir un 85% el consumo de energía de los módulos habitables de las Bases, disminuir las emisiones de CO2 y de NOX y eliminar el consumo de diésel mediante la producción de energías renovables, con almacenamiento estacional en forma de hidrógeno. Con estos objetivos, el proyecto LIFE ZeroEnergyMod quiere contribuir a la hoja de ruta para llegar a una economía de bajo carbono en 2050.
Para poner a prueba la autosuficiencia energética y la adaptación de esos módulos, los investigadores eligieron dos zonas geográficas con características distintas: la Base de San Jorge de Zaragoza buscando un clima árido y la Base Gabriel de Castilla en la Isla Decepción en la Antártida con un clima frío extremo. En un principio, se incluía también el Campo Base de Adazi en Letonia, pero tuvo que ser descartado por las condiciones de seguridad debido a la guerra en Ucrania.
El proyecto europeo está financiado en un 55% por la Unión Europea y un 45% por los cuatro socios que conforman el consorcio: ARPA, B+Haus, la Fundación Hidrogeno Aragón y el Centro Universitario de la Defensa (CUD) en Zaragoza. Empezó oficialmente en 2020, previamente, la investigadora del I3A Unizar, Beatriz Rodríguez, hizo estancias de investigación en una base militar en la Antártida y en la del Líbano para recoger datos y construir las bases autosuficientes sin contaminar. Actualmente, el prototipo esta en Zaragoza, pero saldrá hacia la Antártida para quedarse y poner a prueba los módulos en un clima extremo.
Hoy, las investigaciones continúan. Los investigadores están monitorizando el prototipo en Zaragoza y hacen mejoras para aumentar su rendimiento. Entre sus trabajos, mejorar la integración del cuarto de hidrógeno dentro de la envolvente térmica del edificio que necesita unas condiciones especiales al tratarse de un cuarto ATEX que precisa venteo.