El alcalde de Cádiz, José María González, ha decretado un día de luto oficial por la muerte en la madrugada de este viernes del sacerdote Gabriel Delgado, delegado del secretariado de migraciones de la Diócesis de Cádiz.
En una nota, González ha manifestado que Delgado fue "un ejemplo de solidaridad y fe desde la defensa de los Derechos Humanos, lo que llevaba por bandera con una convicción admirable". De quien recibió la Medalla de Andalucía en 2001, ha subrayado el "hueco vacío" que deja con su marcha un sacerdote especialmente comprometido con las migraciones y que ha sido el "alma mater" de Tierra de Todos, de la asociación Cardijn y del espacio Tartessos.
El alcalde ha subrayado que su lucha en defensa de los Derechos Humanos "lo traducía en la ayuda a los más necesitados, en la mano siempre tendida a las personas más vulnerables de la sociedad".
"Desde ese enfoque, desde esa perspectiva, hizo una labor imprescindible con las personas migrantes durante décadas y décadas. Humanizó nuestra frontera sur con su ejemplo, con sus mensajes, con su trabajo diario, con sus llamadas de atención a la conciencia social sobre lo que estaba ocurriendo en nuestra frontera", ha añadido el alcalde.
José María González ha recordado cómo Gabriel Delgado combinaba "su carácter y las formas afables con un mensaje siempre firme de defensa de la tolerancia, de la diversidad, de la pluralidad, del respeto, de la empatía, de la dignidad de las personas sean de donde sean y vengan de donde vengan". "Un mensaje sencillo, profundo, verdadero, cargado de sensibilidad y de razones que dejaban y dejan aún hoy en evidencia los discursos del odio", ha mafirmado.
Gabriel Delgado, delegado del secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta
Finalmente, González ha manifestado que "el mundo era mejor con personas como él. Una persona buena, un imprescindible. Su huella es imborrable y su legado de compromiso social es de un valor incalculable".
Gabriel Delgado nació en Cádiz en 1946, realizó estudios en el Seminario de Cádiz y en la Facultad de Teología de Salamanca, siendo ordenado sacerdote el 25 de octubre de 1975. Tras una primera etapa en la que se integra al colectivo de sacerdotes obreros, trabajando en los Astilleros de Cádiz, fue consiliario diocesano y regional de la JOC de Andalucía, delegado diocesano de la Pastoral Obrera y presidente de la Asociación Cardijn.
Continuó su labor junto a otros muchos voluntarios bajo las iniciativas del Secretariado Diocesano de Migraciones, la Fundación Centro Tierra de Todos y la Asociación Cardijn. Adscrito a la Parroquia de San Ambrosio de El Palmar (Vejer de la Frontera), director del Secretariado Diocesano de Migraciones desde el año 1994 y director de la Fundación Centro Tierra de Todos desde el 2010. En el año 2001 recibió la medalla de Andalucía.