Las autoridades veterinarias de la Junta de Castilla y León han notificado hoy un foco de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP), subtipo H5N1, en una granja de gallinas ponedoras localizada en Olmedo, Valladolid, a unos 5 kilómetros del foco confirmado el 19 de septiembre en el mismo municipio.
Con este caso, el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, de referencia en España, ha confirmado diez focos de IAAP en España en aves de corral en 2025, detectados en Badajoz (1), Toledo (1), Huelva (2), Guadalajara (1), Valladolid (4) y Madrid (1). Además, desde el 1 de julio se han detectado 40 focos en aves silvestres en Andalucía, Extremadura, Galicia, Asturias, País Vasco, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y Cataluña, y 2 focos en aves cautivas en País Vasco y Andalucía.
La sospecha del nuevo foco se inició el 2 de octubre a partir de la comunicación de un incremento de la mortalidad a los Servicios Veterinarios Oficiales de la Junta. Ese mismo día se visitó la granja, que ya estaba inmovilizada por situarse dentro de la zona de vigilancia y que cuenta con un censo aproximado de 727.000 aves, se inició la encuesta epidemiológica y se tomaron las muestras oficiales remitidas al Laboratorio Central, que hoy ha confirmado la presencia de IAAP subtipo H5N1.
Coordinación institucional
Las consejerías de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Sanidad y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León trabajan de forma coordinada, junto al resto de las administraciones, para minimizar el riesgo de propagación de la enfermedad y proteger a las explotaciones, en aplicación del protocolo del Programa de Vigilancia de la Influenza Aviar en España de 2025 y el Reglamento Delegado de la Comisión Europea.
Entre otras medidas, se ratifica la inmovilización de la explotación afectada y de una segunda granja con 90.000 gallinas ponedoras que tiene un vínculo epidemiológico directo con la explotación en la que se declara el foco, el sacrificio y destrucción de todas las aves, la realización de la encuesta epidemiológica para conocer el posible origen y el establecimiento de una zona de protección de 3 kilómetros y una zona de vigilancia de 10 kilómetros alrededor del foco.
Se recuerda la necesidad de mantener y reforzar las adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas para evitar el contacto con aves silvestres, así como reforzar la vigilancia, tanto en aves silvestres como en explotaciones avícolas, notificando cualquier sospecha, con objeto de garantizar la posible detección precoz de cualquier nuevo foco y permitir adoptar las medidas necesarias para evitar la diseminación de la enfermedad a otras explotaciones.
Igualmente hay que precisar que este virus no puede ser transmitido al hombre a través de carne de ave cocinada, huevos o productos procesados derivados de ellos, pero, en cualquier caso, se recomienda minimizar el contacto innecesario con las aves que muestren síntomas clínicos o se hallen muertos en el campo.