Gracias a la instalación de una pieza en su torre central, la Sagrada Familia llegó a los 162,91 metros de altura, lo que la convierte en la iglesia más alta del mundo.
Al colocar la primera parte de la Torre de Jesucristo en su nave principal, la obra maestra de Antoni Gaudí logró superar a la catedral luterana gótica Ulm, de Alemania, que tiene 161,53 metros.
Comenzada en 1882, la Sagrada Familia es uno de los grandes símbolos de España y millones de turistas la visitan cada año. Su creador sabía que, por la inmensidad del proyecto, no alcanzaría a verla terminada, y así lo predijo: "No le es posible a una sola generación de alcanzar todo el Templo, dejemos, pues, una tan vigorosa muestra de nuestro paso de modo que las generaciones que vengan sientan el estímulo de hacer otro tanto; y por otro lado no los atemos para el resto de la obra (...). Hemos hecho una fachada completa del Templo para que su importancia haga imposible dejar de continuar la obra".
El año pasado, casi cinco millones de personas pagaron para entrar a Sagrada Familia, y ese inmenso flujo de dinero permitió seguir avanzando con la obra que, según los expertos, estará terminada recién dentro de una década.

Las torres de la Sagrada Familia desde la fachada de la Pasión
El año que viene se recordará el centenario de la muerte de Gaudí, por ese motivo, se realizarán una serie de eventos con el objetivo de homenajear al visionario arquitecto catalán.
La historia de La Sagrada Familia
En 1881, la Asociación Espiritual de Devotos de San José compró un terreno de 12.800 m2 para levantar su templo. El 19 de marzo de 1882, día de San José, se colocó la primera piedra, con el proyecto todavía en manos del arquitecto Francesc de Paula Villar, pero tras su renuncia, Gaudí se hizo cargo de la obra y planeó levantar una iglesia con 5 naves, 3 fachadas y 18 torres. Dedicaría el resto de su vida a hacer realidad su visión de un templo que contara la vida de Jesús e historias de fe, por ejemplo, las tres fachadas reflejan el nacimiento, la muerte y la consagración de Cristo; y las 18 torres son una referencia a Jesús, la Virgen, los cuatro evangelistas y los doce apóstoles.
En medio de su trabajo perdió a las personas más importantes de su vida: en 1912 falleció su sobrina Rosa; en 1914 su principal ayudante, Francisco Berenguer; en 1916, su confesor, José Torras y Bages, obispo de Vic; y en 1918, su mecenas, Eusebi Güell. Frente a tantas desgracias, el arquitecto confesó: "Mis grandes amigos están muertos; no tengo familia, ni clientes, ni fortuna, ni nada. Así puedo entregarme totalmente al Templo".
El 30 de noviembre de 1925 se terminó de levantar el primer campanario de la fachada del Nacimiento. Fue el único que Gaudí llegó a ver construido, porque murió el 10 de junio de 1926, tras tres días de agonía luego de ser atropellado por un tranvía. Miles de personas acudieron a su entierro para darle la última despedida. El museo de la Sagrada Familia muestra sus maquetas, documentación, cartas y fotografías de la época, elementos que sirvieron de guía a los arquitectos que continuaron su trabajo: Domènec Sugrañes, Isidre Puig Boada, Lluís Bonet i Garí, Francesc de Paula Cardoner Blanch, Jordi Bonet Armengol y Jordi Faulí Oller.
La UNESCO declaró al templo Patrimonio de la Humanidad en 2005, y en 2010, el papa Benedicto XVI lo consagró "basílica de culto".





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