Agentes de la Policía Nacional han detenido a cuatro personas especializadas en el robo de cobre en estaciones de servicio y establecimientos, y han intervenido más de ocho toneladas de cobre. Los robos se habían producido en gasolineras y negocios de diferentes localidades de Madrid y Oviedo, dejándoles sin suministro eléctrico y por tanto, sin servicio, causando un perjuicio económico superior a los 70.000 euros. Han sido detenidas tres personas, una mujer y dos hombres, como presuntos responsables de un delito de robo con fuerza y daños y otra mujer, encargada de la chatarrería donde se realizaba la compra-venta del material.
Simulaban ser operarios de cobre
La investigación comenzó el pasado mes de junio cuando los agentes tuvieron conocimiento de un aumento significativo de robos de cable de cobre en la localidad. El método para sustraer el cobre siempre era el mismo consistiendo en forzar las arquetas, cortar dicho cable y abandonar el lugar durante un periodo de tiempo para comprobar de este modo la posible activación del sistema de alarma que motivase presencia policial. Una vez esperaban un tiempo prudencial, comprobando que no habían sido detectados, volvían con indumentaria de operarios y procedían a tirar del cableado para su extracción. Con este modus operandi habrían cometido siete robos en las localidades de Fuenlabrada, San Agustín de Guadalix y Oviedo.

Avanzada las pesquisas, los investigadores lograron identificar a tres personas, dos hombres y dos mujeres, como presuntos responsables de siete delitos de robo con fuerza y daños, procediendo a su detención el pasado día 30 de julio.
Entrada y registro en la chatarrería
Los investigadores lograron localizar el establecimiento en el que los arrestados vendían el material sustraído, una chatarrería ubicada en la localidad madrileña de San Fernando de Henares. Tras realizar una inspección en este negocio, localizaron, escondidos en el fondo de varios contenedores, tapados con placas de hierro, numeroso cableado que correspondía con el material sustraído. Tras proceder a su pesaje, arrojó un peso de más de ocho toneladas, con un valor de mercado superior a 20.000 euros. Además, esta chatarrería no disponía del libro de registro de ventas, ya que no podían realizar ningún tipo de actividad por encontrarse sancionados en la actualidad. Por tales hechos, también se procedió a la detención de la responsable de este establecimiento.