Más allá de los lugares tradicionales, que atraen a miles de turistas cada año, Madrid cuenta con lugares realmente muy especiales, donde pocas personas se animan a entrar, especialmente cuando cae la noche y todo se llena de sombras. En esta primera entrega, te contamos la historia de tres lugares que puedes visitar si realmente quieres desafiar tus miedos más profundos, pero después no digas que no te lo advertimos: el que avisa no traiciona.
Sanatorio de La Marina (Los Molinos)
Levantado en la década del cuarenta para los militares españoles que sufrían tuberculosis, en 2001 el Ministerio de Defensa decidió cerrarlo y, desde ese momento, comenzaron a correr aterradoras historias sobre lo que sucede allí cuando cae la noche, incluyendo ruidos que no tienen una explicación lógica, puertas y ventanas que se abren y cierran solas, y el sonido de pisadas en cuartos completamente vacíos.

Iglesia de San Pedro Apóstol de Polvoranca
Iglesia de San Pedro Apóstol de Polvoranca (Leganés)
Este templo, levantado en el siglo XVII y actualmente en ruinas, se encuentra dentro del Parque de Polvoranca. En 2005, se iba a realizar una restauración del edificio, pero se encontraron restos humanos y todo el proyecto quedó congelado. Según los investigadores de lo paranormal que han investigado el lugar, por las noches pueden oírse susurros, llantos e incluso voces fantasmales. Además, de acuerdo al testimonio de los vecinos, hay grupos que pertenecerían a sectas satánicas que realizarían rituales en el lugar, aunque, hasta ahora, la policía no logró detener a nadie.
Palacio del Canto del Pico (Torrelodones)
Desde 1940 hasta su fallecimiento en 1975, fue una de las fincas de descanso de Francisco Franco. Tras la muerte del dirigente, su familia abandonó el edificio durante 13 años. En 1988 fue comprado por la empresa inglesa Stoyam Holdings, que declaró que el palacio se encontraba en estado de "semi-ruina... con su edificación principal totalmente vacía de accesorios, objetos de valor, muebles y enseres...". Los rumores de que se trata de un sitio maldito, condenado a la destrucción desde sus inicios, nacieron con la repentina y completamente inesperada muerte ocurrida allí del presidente Antonio Maura, en 1925. Todo comenzó cuando el mandatario, tras ir a misa, confesarse y desayunar con su familia, visitó el Palacio invitado por su dueño, un noble español, para realizar, desde la azotea, una acuarela sobre el paisaje que rodea al edificio. Antes de terminar su tarea, sintió que tenía las manos y los pies completamente helados. Pocos minutos después, falleció. El diario ABC registró cómo ocurrieron los hechos: "A las 12.30 descendió la escalera y, al llegar a los últimos escalones, exclamó: '¿Sabe usted que no veo?'. Esas fueron sus últimas palabras. Su anfitrión creyó que se refería a la falta de luz y le advirtió de la presencia del escalón que quedaba y no se divisaba bien. Maura no contestó, porque, falto de vida, se desplomó lentamente en los brazos de su acompañante, que gritó pidiendo ayuda a las personas de la casa. Estas acudieron con toda presteza y fue trasladado a un lecho, pero al reposar el cuerpo en este, ya había dejado de existir. Su hermano acudió rápido y sufrió la dolorosísima impresión".




 
  
  
 
 
	 
  
  
  
  
  Guía de San Pedro Alcántara
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