SALVARSE COMO sea. Eso piensan los grandes capitales en este sistema caduco. Hay empresas que se dedican a liberar el mercado de la energía eléctrica asegurando que los clientes pagarán mucho menos en el recibo de la luz. Pero se les "olvida" comentar los inconvenientes. También en el caso de los productos bancarios, como deuda subordinada o preferentes, las compañías financieras vieron un filón, con un montante de hasta 26.000 millones de euros vendidos en España hasta que se empezó a descubrir el pastel en 2011. Las últimas y bochornosas noticias, los correos de Caixa Cataluña instando a una agresividad comercial inaudita. Desde la cúpula se ingenió una presión extrema sobre los empelados bancarios para reforzar su capital con técnicas muy marketizadas. Engañaron desde el momento en que dieron a entender que eran depósitos. Ni siquiera los depósitos dinerarios que hacemos en los bancos y cajas están garantizados totalmente: solo los 100.000 primeros euros de cada cuenta están asegurados. A partir de ahí, puedes no tener derecho a que tu dinero siga siendo tuyo si se diesen unas circunstancias determinadas en la economía general o en los propios riesgos financieros de tu mismo banco. Los bancarios no percibían la magnitiud del problema al embarcar en el negocio a personas con alzheimer, otras sin formación y ancianos. Es un error de los clientes esa desmesurada confianza en el gestor bancario, porque lo primero que este defiende es su propio puesto de trabajo y los intereses de su entidad. A los clientes se les asesora gratis y barriendo para casa. La gente con grandes patrimonios ya no va sola al banco, sino que lleva sus asesores. Los demás en general no consultan en los medios que existen; normalmente lo hacen después, cuando hay problemas. La avaricia fue un ingrediente importante para muchos clientes de Caixa Cataluña y así atrapó a 90.000: con el anzuelo de que iban a conseguir un gran montante. El dramatismo surge desde el momento en que no fue un porcentaje razonable sino que les hicieron emplear casi todo el patrimonio, tanto a los clientes de esta firma como a los de las demás.
Juan Carlos YAGO |
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