Ahora también al pescado —que en gran parte es de piscifactoría tanto marina como de agua dulce— se sabe que le están alimentando con piensos autorizados pero que en todo caso son una mezcolanza de trazas y componentes que resultan de las sobras. Eso cuando no están infectados de Anisakis, un parásito perjudicial para los seres humanos causante de la anisakiasis.
A mí me parece que los animales se están rebelando, que saben que se les aniquila miserablemente y que su sufrimiento es diario e irremisible, por lo que de alguna manera se lo harán pagar a la raza humana. El respeto por el reino animal ha de ser tan importante como la concienciación medioambiental. Los recursos naturales tienen un límite pero la capacidad destructiva de los animales racionales es ilimitada. Aún queda bastante trecho por recorrer para que nuestra civilización se encare a las amenazas que abusan de seres vivos y esquilman recursos naturales.
Afortunadamente hay empresas que sí incorporan a sus actividades la gestión de calidad en sus procesos productivos vigilando que sean muy poco contaminantes y que contribuyan a la conservación ecológica de nuestro hogar, el planeta Tierra. Y son precisamente las más tecnológicas las que apuestan por esta vía, usando energías alternativas y actitudes protectoras del entorno natural.