El folclore más representativo de Europa, África e Iberoamérica vuelve del 23 al 30 de agosto al Festival Internacional de Danzas de Villablanca, que este año alcanza su 44 edición. Diez grupos de nueves países participan en esta muestra, declarada de interés turístico de Andalucía, que tendrá su epicentro los días 28 y 29 de agosto en Villablanca, aunque tanto los días previos como posteriores se trasladará a diferentes puntos de la provincia.
El vicepresidente de la Diputación y alcalde de Villablanca, José Manuel Zamora, quien ha estado acompañado en la presentación de esta 44 edición por la diputada de Cultura de la Diputación de Huelva, Gracia Baquero, y la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Huelva, Teresa Herrera, ha reconocido que los conflictos bélicos y económicos de los últimos meses han influido en la confección del cartel de este año. Pese a todo, y según Zamora, "se ha confeccionado un programa de calidad que hará las delicias de todas aquellas personas que nos visiten por Villablanca, así como por los diferentes municipios en los que se llevarán a cabo las actuaciones".
José Manuel Zamora ha agradecido tanto al pueblo de Villablanca como a los más de setenta jóvenes que realizan las labores de voluntarios, su implicación, "ya que sin ellos, sería imposible que el festival siguiera adelante". El alcalde de Villablanca ha anunciado que las localidades de Bonares, San Juan del Puerto, Palos de la Frontera, Aljaraque, Almonaster la Real, Villanueva de los Castillejos, así como el Muelle de las Carabelas acogerán, del 23 al 30 de agosto, las diferentes extensiones del Festival por la provincia.

Ya en Villablanca, el jueves, 28, actuarán la Danza de los Palos de Villablanca, la Academia e Jazzy Dance Studios de Angola, la Compañía Sintana de Colombia, Rancho Folclórico Luz de Tavira de Portugal y Kud Sumari de Croacia. Mientras que el día 29, el turno será para el grupo de Coros y Danzas Juéllega Extremeña de Valencia de Alcántara de Cáceres, el Ballet Folclórico Nayuribes de Costa Rica, Festifolk de Ecuador, el Ballet Kassoumaye de Senegal y Akud Mirko Srzentic de Montenegro.
La diputada de Cultura de la Diputación, Gracia Baquero, ha señalado que el Festival es "mucho más que un evento cultural. Es un encuentro entre culturas, un espacio donde la música y la danza hablan un idioma común que todos entendemos: el de las emociones". Desde la Diputación de Huelva, ha añadido, "apoyamos con convicción este festival no sólo por su calidad artística, sino porque representa los valores que nos unen y nos hacen crecer como provincia: la diversidad, el respeto, la convivencia y la alegría".
Por su parte, la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Huelva, Teresa Herrera, ha asegurado que el Festival "es una herramienta estratégica para la promoción económica de Huelva, porque impulsa el turismo, dinamiza el territorio, fortalece la imagen internacional de la provincia y genera una multitud de oportunidades para el tejido empresarial local y provincial".
Historia del Festival
El Festival Internacional de Danzas de Villablanca nace en Agosto de 1980, formando ya parte del patrimonio histórico-cultural de la provincia de Huelva. Con una trayectoria de cuarenta y cuatro años, ha mostrado a lo largo de sus diferentes ediciones una de las manifestaciones más ancestrales y puras del hombre: la danza y el folclore como puesta en escena de valores, costumbres, ritos, leyendas y manifestaciones sociales.
Este Festival nace como iniciativa de vecinos y vecinos de Villablanca, cuya contribución ha sido fundamental en la esencia de un certamen que ha mostrado las manifestaciones populares de los cinco continentes.
Su germen se encuentra en la Danza de los Palos de Villablanca, autóctona de la localidad, a la que se sumaron otras danzas ancestrales para configurar lo que es hoy en día: un evento que favorece la conservación y difusión de la cultura mediante la danza, representante de la defensa y preservación del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La solidez alcanzada a lo largo de estos años se traduce en un encuentro entre culturas, un espectáculo que cada día exige mayor entrega y dinamismo, un evento que requiere promoción e inversión, unos recursos humanos especializados y una infraestructura adecuada a las exigencias y la calidad de los grupos que nos visitan.