Cuando pensamos en los efectos del sol sobre la piel, es habitual que el foco se ponga en las quemaduras o el temido cáncer de piel. Pero existe otro problema, especialmente prevalente en mujeres, que empeora durante los meses de verano y que puede condicionar profundamente la autoestima: el melasma.
La Dra. Sara Bjerg Simonsen, dermatóloga del Hospital Vithas Málaga, explica que "el melasma es un tipo de mancha oscura que aparece sobre todo en la cara (en zonas como la frente, el labio superior o las mejillas), y que se agrava mucho con la exposición solar. Lo que vemos en consulta es que, aunque muchas personas lo tienen durante todo el año, es al final del verano cuando las manchas se hacen más visibles, más extensas y difíciles de tratar".
Aunque el melasma no supone un riesgo para la salud, sí genera un importante impacto psicológico. "Las personas con melasma suelen sentirse muy acomplejadas -señala la Dra. Simonsen-. En muchos casos evitan ir sin maquillaje, rechazan planes en la playa o la piscina y sufren una gran frustración al ver que, pese a usar protección solar, las manchas vuelven o empeoran cada año. Es mucho más que una cuestión estética ya que las manchas visibles en la cara generan, además, mucha inseguridad".

Dra. Simonsen en CM Vithas Limonar
El melasma afecta especialmente a mujeres jóvenes y de mediana edad, aunque también puede aparecer en hombres. La especialista explica que existen factores hormonales que lo desencadenan o lo agravan. "Es muy frecuente en mujeres embarazadas, durante la toma de anticonceptivos o en momentos de desajuste hormonal. También vemos un componente genético claro ya que, por ejemplo, hay familias en las que varias mujeres presentan este mismo patrón de manchas".
El sol: el gran enemigo de las manchas
La exposición solar es el principal factor que hace visible el melasma. Incluso con protección solar diaria, si ésta no se aplica correctamente, si no se reaplica durante el día o si la persona pasa muchas horas al aire libre, las manchas se oscurecerán,
La dermatóloga de Vithas Málaga recuerda que el sol no es solo el que recibimos en la playa. "El paseo hasta el trabajo, la conducción o una comida en una terraza son suficientes para activar la hiperpigmentación en personas predispuestas". Según diversos estudios recogidos en la revista Photodermatology, Photoimmunology & Photomedicine, el melasma es una de las principales causas de consulta dermatológica por manchas, y su prevalencia aumenta en los meses de mayor exposición solar.
Cómo prevenir y controlar el melasma
Aunque el melasma no desaparece de forma espontánea, sí se puede controlar y mejorar significativamente con las pautas adecuadas. La Dra. Bjerg Simonsen insiste en que "es fundamental utilizar protectores solares que ofrezcan una alta protección frente a las radiaciones UVA, UVB, luz visible e infrarroja, aplicándolos de forma generosa y, como mencioné anteriormente, reaplicándolos cada dos o tres horas para que sigan siendo efectivos. Y todo ello especialmente en las horas centrales del día, cuando la radiación es más intensa".
Este cuidado debe mantenerse incluso en épocas del año en las que el sol parece menos agresivo, como la primavera o el otoño. También es muy recomendable el uso de barreras físicas como sombreros de ala ancha, gafas de sol y ropa que cubra la piel, elementos que ayudan a minimizar la exposición directa.
En cuanto a los tratamientos, es muy importante que estos sean personalizarlos para cada paciente. Existen soluciones que combinan cremas despigmentantes, peelings suaves, láser o luz pulsada, siempre adaptadas al tipo de piel, a la intensidad de las manchas y al momento del año en que se realizan. "Sin embargo -concluye la doctora-, uno de los errores más habituales es pensar que el melasma se eliminará tras unas pocas semanas de tratamiento. Este es un proceso que requiere tiempo, constancia y un seguimiento dermatológico cercano para ajustar las pautas en cada etapa y obtener los mejores resultados posibles".