¿QUIÉN ENTIENDE ese turismo de borrachera? Gente joven pone de moda pueblos de Mallorca a base de botellón y botellazo. Beben hasta alcanzar la inconsciencia y luego cometen burradas de todo tipo, incluso sumirse en peleas absurdas. Los profesionales hosteleros de esas zonas asisten, desatendidos, sin la intervención policial efectiva, a la escenificación de esta costumbre nueva que surge este año en el Mediterráneo. En los ochenta fue aquella Ruta del Bacalao que tantas muertes produjo no solo por bebida sino por drogas para aguantar varias noches seguidas al ritmo de aquella insufrible música persistente y repetitiva. Morían en los traslados de automóvil, en accidentes de coche bajo el efecto pernicioso de la mezcla de sonidos de percusión en la mente y alcohol o drogas. Ahora el panorama es el tumulto y el rodar rendidos y vomitados por el suelo; quedar inconscientes hasta el día siguiente. Muchas mujeres están siendo violadas sin saberlo, en ese estado de limbo, despatarradas en plena noche ofreciendo su intimidad y sus encantos, ligeras de ropa, a cualquier aprovechado que observa el triste panorama o que está inmerso en él. En el gran botellón... pero también botellazo, como apuntaba más arriba. Porque no son pocos los duelos, las reyertas, que se producen entre tan alborotado personal. Gerentes de locales de copas, personal hostelero y amantes de la noche podrían referir incluso con cruento detalle más casos de los que la sociedad biempensante está dispuesta a digerir. No se acaba de creer que existan tantas disputas, y con cuchillazos en las piernas (cuando no en el corazón) de gallitos que osaron recriminar a otros con sus espolones camuflados, ni que son gente que ocupa las salas universitarias o que se gana la vida en cualquier empresa y se disfrazan en la nocturnidad de matones con la misma naturalidad que absorben la ginebra musical que les adocena. No se concibe: sólo son conscientes de su peligro y trascendencia los hosteleros que lo han sufrido, la policía, algunos periodistas y ediles atareados en mantener su cargo.
Juan Carlos YAGO |
|
|
|
|