Se ha descubierto un barco que transportaba a los que pagaban más, en la mejor zona, la cubierta y camarotes; el resto, en zonas menos favorables; y los que menos aportaban económicamente, en la bodega, con lo que, en caso de naufragio —como pasó— su muerte es, además de angustiosa, segura. Y también, el caso en que se arrojó por la borda, en momentos desesperados, más de un centenar de personas por ser cristianos.
El fundamentalismo es corrupción también. ¿Cómo se es capaz de realizar ablaciones del clítoris en las mujeres? ¿De matar a semejantes enroscándose explosivos en su propio cuerpo? En el respeto por las opiniones de los demás está la compresión y la naturaleza del género humano. Respeto por las las ideologías y las diversas creencias. La mayoría de las personas que profesan cualquier religión son honestos, incapaces de matar a otros seres humanos. Deberíamos, sin embargo, reflexionar sobre la manipulación que siempre han usado los poderosos a través de las religiones. Es un medio muy eficaz. Todas esas promesas de gloria y dulzura del más allá, a cambio de obedecer ciegamente cargándose vidas y sembrando de sufrimiento la faz de la Tierra. La auténtica religión, por el contrario, permitiría la libre circulación de todos los ciudadanos por ella, intercambiando costumbres y formas de vida; sin pretensiones de supremacía de unos grupos sobre otros, obligándoles a participar de ritos y tradiciones que no sean asumidos por voluntad propia.
Conviví con musulmanes durante tres meses y he de reconocer que, por mucho que lo intenté, nunca me consideraron tan hermano como entre ellos mismos se podían sentir. Sí había camaradería, pero no integración. Es una experiencia personal que me ha abierto los ojos de lo difícil de este tema, si no se dan cuenta los adeptos de como les usan.