LA ONU conmemora por estas fechas su 70 aniversario. Creada tras la Segunda Guerra Mundial en pro de la paz entre naciones, también ha solemnizado el pasado sábado, 24 de octubre, el 60 aniversario de la incorporación de España a tan importante organismo internacional. Lo celebra la Organización de las Naciones Unidas con el color azul.
Es una pena que a Barcelona, donde me ha pillado la efeméride, se le haya olvidado unirse a la aclamación, cuando es una de las ciudades cosmopolitas que más fácil lo tiene, iluminando del protocolario azul la Torre Agbar, por ejemplo, que ya está dotada de un sistema 'ad hoc'. Sin embargo, en la noche de marras, aparecía de rojo.
Volvamos el mundo azul es la proclama de la ONU para el evento, cuyo fin es recordar para qué existe y por qué es importante conocer las razones que avalan la vida de la humanidad, y transmitir la Declaración de los Derechos Humanos que, por cierto, tanto se atenta contra ellos cada día en el mundo y están bastante pisoteados en su concepción global. La ONU no abarca todos los países. La Carta de las Naciones Unidas estipula que podrán ser miembros todos los Estados amantes de la paz que acepten las obligaciones consignadas en su Carta, y que, a juicio de la Organización, estén capacitados para cumplir dichas obligaciones y se hallen dispuestos a hacerlo. Aún faltan Estados para llegar a la totalidad de los que existen en el planeta. El globo terráqueo cuenta con 194 países oficialmente reconocidos en la última actualización de 2014; 54 en África, 35 en América, 14 en Oceanía, 50 en Europa y 48 en Asia. Estos dos últimos continentes comparten la extensión de 7 países, los llamados euroasiáticos o transcontinentales: Rusia, Turquía, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Chipre y Armenia, por lo tanto no hay que contarlos dos veces en el cómputo.
El avance de la humanidad puede ser vertiginoso si los principios que la ONU alienta son sentidos con la raigambre de la emoción por los más de siete mil millones de habitantes de la Tierra.
Es una pena que a Barcelona, donde me ha pillado la efeméride, se le haya olvidado unirse a la aclamación, cuando es una de las ciudades cosmopolitas que más fácil lo tiene, iluminando del protocolario azul la Torre Agbar, por ejemplo, que ya está dotada de un sistema 'ad hoc'. Sin embargo, en la noche de marras, aparecía de rojo.
Volvamos el mundo azul es la proclama de la ONU para el evento, cuyo fin es recordar para qué existe y por qué es importante conocer las razones que avalan la vida de la humanidad, y transmitir la Declaración de los Derechos Humanos que, por cierto, tanto se atenta contra ellos cada día en el mundo y están bastante pisoteados en su concepción global. La ONU no abarca todos los países. La Carta de las Naciones Unidas estipula que podrán ser miembros todos los Estados amantes de la paz que acepten las obligaciones consignadas en su Carta, y que, a juicio de la Organización, estén capacitados para cumplir dichas obligaciones y se hallen dispuestos a hacerlo. Aún faltan Estados para llegar a la totalidad de los que existen en el planeta. El globo terráqueo cuenta con 194 países oficialmente reconocidos en la última actualización de 2014; 54 en África, 35 en América, 14 en Oceanía, 50 en Europa y 48 en Asia. Estos dos últimos continentes comparten la extensión de 7 países, los llamados euroasiáticos o transcontinentales: Rusia, Turquía, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Chipre y Armenia, por lo tanto no hay que contarlos dos veces en el cómputo.
El avance de la humanidad puede ser vertiginoso si los principios que la ONU alienta son sentidos con la raigambre de la emoción por los más de siete mil millones de habitantes de la Tierra.