El Padare Jesuita José Miguel Esteban dirigió el retiro de los sacerdotes y diáconos permanentes al comienzo de la cuaresma. Como es habitual, la casa diocesana de espiritualidad “Reina y Señora” de Aguadulce acogió este tiempo de escucha y oración que sirvió para fortalecer la espiritualidad sacerdotal al comienzo de este tiempo litúrgico.
El predicador animó a los sacerdotes a “fortalecer a nuestros hermanos a través de la humanidad que es el cariño, la atención y el cuidado de las personas, la cercanía, la escucha, la ayuda en sus problemas y necesidades. Para fortalecer en la fe como pastores debemos acompañarles en la experiencia creciente de que sus vidas tienen sentido”.

Después de la meditación, los sacerdotes tuvieron un tiempo de oración prolongada en la que respondieron personalmente a cómo se concreta en su vida ese “fortalecer” la fe personal y comunitaria.
Una sencilla comida puso el broche final a este tiempo de fraternidad sacerdotal.