Un equipo internacional formado por 16 investigadores de 12 instituciones científicas de España, Reino Unido, Francia y Estados Unidos, liderados por Juan Pedro Rodríguez-López, investigador ARAID adscrito al grupo GEOtransfer del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, ha constatado la existencia de una glaciación en latitudes extremadamente bajas durante el Cretácico (hace 82.8 a 80.96 millones de años). Este hallazgo rompe con una idea muy arraigada en la comunidad científica: durante el Cretácico, y en general durante el Mesozoico (252–66 millones de años atrás), la Tierra vivía en un estado de supergreenhouse o "superinvernadero", un clima extremadamente cálido y libre de hielo, en el que se habrían alcanzado algunas de las temperaturas globales más altas de la historia del planeta.
La Glaciación de Barrika, identificada en los acantilados de Bizkaia (País Vasco), revela evidencias irrefutables de tidewater glaciers o "glaciares de marea" en una latitud muy baja, alrededor de 35°N, justo en un periodo que los modelos sitúan como uno de los más cálidos de todo el Mesozoico. Se trata de glaciares cuyos frentes de hielo desembocaron directamente en el océano durante 1,84 millones de años, permitiendo que grandes bloques de hielo (icebergs) se desprendieran directamente del frente de los glaciares hacia el agua marina. Estos icebergs y la propia dinámica de los glaciares dejaron depósitos glaciomarinos en el norte de Iberia entre 82.8 y 80.96 millones de años atrás.
"No se habían encontrado evidencias de glaciares llegando al mar a estas latitudes (35ºN) desde el icehouse del Carbonífero-Pérmico (hace 300-255 millones de años), cuando los glaciares llegaron a 30º de paleolatitud. En el caso de la Glaciación de Barrika, hablamos de una paleolatitud de tan solo 35°N, cerca del máximo térmico modelizado y estimado para el Mesozoico. Por ello, supone un cambio de paradigma que obliga a cuestionar la base misma de los modelos paleoclimáticos, al menos para el Mesozoico", destaca Juan Pedro Rodríguez-López, quien lidera esta investigación desde su incorporación en 2024 como investigador ARAID en el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, integrado en el grupo de investigación Geotransfer. Geología para la Ciencia y la Sociedad, reconocido por el Gobierno de Aragón y dedicado a profundizar en el conocimiento geológico con una doble vía: el desarrollo de conocimiento científico y la transferencia de dicho conocimiento a la sociedad, la administración y el sector productivo.
Un cambio de paradigma en la modelización del clima del pasado: implicaciones para el futuro
Este hallazgo, realizado en el marco del proyecto DEEPICE, dirigido por Rodríguez-López, contradice frontalmente la visión de un planeta sin hielo durante el Cretácico, un período en el que las temperaturas globales se han modelizado cercanas a sus máximos históricos. "Los datos que se han documentado en Barrika obligan a una reevaluación profunda de los indicadores paleoclimáticos utilizados actualmente y sugieren que las herramientas geoquímicas que se utilizan para reconstruir las temperaturas del pasado pueden haber sobrestimado sistemáticamente las paleotemperaturas del Cretácico", afirma el Dr. Rodríguez-López.

Vista general de la playa de Barrika en Bizkaia
La precisión de las proyecciones futuras de cambio climático global depende críticamente de la comprensión de estos eventos pasados. La degradación de la criosfera es un proceso de retroalimentación climática de primer orden que amplifica o amortigua el cambio global. El estudio de Barrika proporciona datos críticos para refinar los modelos paleoclimáticos globales y comprender la respuesta del sistema terrestre ante condiciones de calentamiento global extremo.
Estos hallazgos se enmarcan en el proyecto DEEPICE, dedicado al estudio de la evolución del clima a lo largo de la historia de la Tierra, financiado por el Gobierno de Aragón a través de una ayuda de inicio a la investigación ARAID. Este proyecto está diseñado para documentar sistemas criosféricos desconocidos durante los periodos que han sido modelizados o categorizados como supregreenhouse, greenhouse o de invernadero. El afloramiento de Barrika, a solo 16 km al norte de Bilbao, no solo ofrece uno de los mejores registros glaciomarinos preservados en la Tierra, sino que servirá como referencia global para la sedimentología glacial y como análogo terrestre para el estudio de lunas y planetas helados.
Colaboración internacional y metodología vanguardista
Este hallazgo ha sido posible gracias a la colaboración internacional entre investigadores de la Fundación ARAID, la Universidad de Zaragoza, la Universidad del País Vasco, la Universidad de Jaén, la Universitat de Barcelona, la Universidad Autónoma de Madrid, la University of Sussex, la University of St Andrews, el European Synchrotron Radiation Facility (ESRF) en Grenoble, Middlebury College en Vermont y la University of California Santa Barbara.
Esta colaboración ha permitido el uso de una metodología multiproxy de vanguardia para caracterizar la Glaciación de Barrika, integrando análisis sedimentológicos de alta resolución, bioestratigrafía con nanofósiles calcáreos, microscopía electrónica de barrido, micro y nano-tomografía de rayos X (realizada en el ESRF) y geocronología U-Pb en calcitas realizadas en dos laboratorios de Estados Unidos. Este enfoque establecerá nuevos estándares internacionales para la identificación de glaciaciones crípticas durante todo el Mesozoico.





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