La Junta impulsa la modernización de los servicios públicos locales y facilita la reconversión de un edificio histórico de Autillo de Campos (Palencia) en Casa Consistorial

El consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero, ha inaugurado hoy en Autillo de Campos (Palencia) la nueva Casa Consistorial tras la rehabilitación del antiguo Palacio de los Reinoso, un edificio del siglo XIII donde Fernando III el Santo fue proclamado Rey de Castilla en 1217.

En este sentido, Carnero ha destacado “el compromiso y la sensibilidad de la Junta de Castilla y León en todo momento con los municipios del medio rural que necesitan de infraestructuras básicas para mejorar los servicios a los ciudadanos, y en este caso el esfuerzo, que desde la Consejería de la Presidencia, ha supuesto el desembolso de 350.000 euros para reparar y restaurar un edificio histórico como el Palacio”.

Además, se ha concedido a Autillo de Campos otra ayuda de 6.396 euros derivada del Fondo `Extra-Covid´ que ha ido destinada a la climatización del salón de usos múltiples de la localidad.

La rehabilitación del edificio se ha planteado con el doble objetivo de restaurar y preservar un bien inmueble de considerable valor histórico y artístico, y de poner en valor como sede del Ayuntamiento y del consultorio médico local. El edificio se encontraba en mal estado y presentaba diversos problemas estructurales; tenía parte de la cubierta derrumbada y la estructura de madera muy deteriorada. Los muros de las tres fachadas a la calle también estaban afectados por daños en el interior y exterior.

Las obras se han llevado a cabo en dos fases: en una primera fase se han desarrollado los trabajos principales de consolidación de la estructura, construcción de la nueva cubierta, demolición y redistribución de tabiquería y montaje de un ascensor. En una segunda fase, han tenido lugar otras intervenciones como el aislamiento térmico y acústico del edificio, los acabados interiores o la construcción de una rampa de acceso y pavimentación exterior.

Este palacio es también conocido como el Palacio de Berenguela, aunque en realidad pertenecía a su mayordomo, Gonzalo Ruiz Girón, señor de Frechilla, pues allí se refugió de los ataques del tutor real, Álvarez Núñez de Lara, la reina regente, Berenguela I de Castilla.

Aquí recibe la noticia de que su hermano, Enrique I, que había sucedido a su padre Alfonso VIII, fallece en Palencia con diez años de edad, por lo que a ella le corresponde la sucesión como hermana mayor y no haber otro varón. Sin embargo, Berenguela cede de inmediato sus derechos a su hijo Fernando, fruto de su matrimonio con Alfonso IX de León. Y mediante un acto solemne, en su ya desaparecida ermita del Castillo, Fernando III el Santo es proclamado por su madre rey de Castilla en 1217, siendo la coronación oficial un mes más tarde en Valladolid.

Durante los siglos XV-XVIII fue señorío de los Reinoso, siendo uno de sus miembros el obispo don Francisco de Reinoso, quien reformó parte del edificio a sus expensas, nada más llegar a España desde Italia en 1573.

En la fachada sur alcanza 12,50 metros de largo por 9 de ancho, con una altura de 10,50 metros.

El palacio presenta dos plantas. Se conserva la entrada en altura y se intuyen otras defensas que pudieran estar enmascaradas. El acceso actual se realiza por la planta baja de la fachada oeste, mientras que los lienzos norte y sur presentan en la segunda planta, en el centro de la fachada, sendas aberturas. El interior está totalmente abandonado, siendo utilizado durante muchas décadas como panera.

Se trata de un pueblo de unos 1.500 habitantes, en el Estado de Jalisco, fundado en 1783 por colonos españoles, descendientes de los señores de Autillo. Antes de la llegada de los conquistadores, los tecuexes vivían en esa zona. Los tecuexes fueron derrotados por los españoles y luego las primeras familias españolas de hidalgos comenzaron a establecerse en la zona.

Las tres primeras familias en llegar a San José fueron la familia Reynoso, los Loza y los Muñoz. San José de los Reynoso estuvo en el centro de la Guerra Cristera de la década de 1920 entre la Iglesia y el Gobierno Federal. Durante finales del siglo XX, muchos de los habitantes de la ciudad emigraron a otras ciudades de México y varias regiones de los Estados Unidos, debido principalmente a las dificultades económicas. Esta diáspora se concentra en Aguascalientes, México, así como en el estado de California, y las ciudades de Chicago y Dallas en los Estados Unidos. Se estima que actualmente más de la mitad de su población vive fuera de San José, con la mayor concentración en la ciudad estadounidense de Chicago y su área metropolitana.