El Hospital Universitari i Politècnic La Fe ha consolidado la Terapia de Presión Negativa (TPN) para prevenir complicaciones en cirugías ginecológicas oncológicas y la está introduciendo en pacientes de alto riesgo sometidas a cesáreas. Desde su implementación, esta terapia ha sido utilizada en casi 100 mujeres en ginecología oncológica y en torno a 150 pacientes de cesáreas de alto riesgo.
El sistema, que se introdujo tanto en cesáreas como en ginecología oncólogica hace dos años, consiste en un apósito especial conectado a una bomba de vacío portátil que aplica presión negativa sobre la herida quirúrgica cerrada hasta su cicatrización. Es un dispositivo desechable que la paciente lleva durante aproximadamente una semana, sujeto a un cinturón o a la ropa para facilitar la movilidad.
En ginecología oncológica, se utilizaba inicialmente solo para el manejo de heridas complicadas, y conforme los estudios demostraron su eficiencia y eficacia como medida preventiva, su uso se amplío a pacientes de alto riesgo.
A día de hoy, la TPN está indicada para pacientes con factores de riesgo que pueden derivar en complicaciones de la herida: personas con obesidad, diabetes mal controlada, con heridas o cesáreas previas, o sometidas a tratamientos de quimioterapia con antelación.

Según ha explicado el jefe de la Sección de Ginecología Oncológica de La Fe, Santiago Domingo, "la principal ventaja es que busca minimizar las complicaciones en la herida quirúrgica a nivel superficial, profundo y complejo como los seromas o acumulación de suero, y de forma indirecta, hernias y afectaciones viscerales, que impactan negativamente en la paciente, prolongan la duración de las estancias hospitalarias y conllevan mayores tasas de reingreso hospitalario y más dificultades en el manejo ambulatorio".
En Obstetricia, la terapia de presión negativa se está introduciendo en cesáreas que presentan factores de alto riesgo, mayoritariamente a mujeres con un índice de masa corporal superior a 35 o diabetes insulinizada con control deficiente.
La principal ventaja de esta terapia profiláctica o preventiva, según han coincidido en señalar los tocoginecólogos de La Fe Ferran Sanz y Amparo Carrasco, es su eficacia en la reducción del riesgo de complicaciones, especialmente infecciones, en pacientes consideradas de alto riesgo.
El gerente de la Agrupación Sanitaria Interdepartamental Valencia Sur y de La Fe, José Luis Poveda, ha añadido: "La implementación de la terapia de presión negativa representa un avance significativo en la atención sanitaria que ofrecemos a las mujeres con factores de riesgo elevado en sus intervenciones. La TPN mejora considerablemente su recuperación postoperatoria, reduce las complicaciones y, consecuentemente, acorta la estancia hospitalaria, lo que supone un beneficio directo para las pacientes, pero también una optimización de los recursos sanitarios".