"Nada va más allá de la esperanza" es el mensaje que impulsa el trabajo de la Pastoral Penitenciaria en la diócesis de Valencia, este año aún más, ligado al Jubileo de la Esperanza, que este fin de semana celebrará el Jubileo de los Presos, en Roma, con participación valenciana.
Hoy, viernes, un grupo de siete internos del Centro Penitenciario de Picassent - cuatro de ellos de "tercer grado" y tres en régimen de "segundo grado"- acompañados por el director de la Pastoral Penitenciaria, el sacerdote Álvaro Ortiz, junto al responsable de reinserción de la Pastoral Penitenciaria, Víctor Aguado, voluntarios y miembros del equipo, peregrinará a la Ciudad Eterna. Este domingo, 14 de diciembre, cruzarán la Puerta Santa de San Pedro y asistirán a la misa que presidirá el papa León XIV en la Basílica de San Pedro a las diez de la mañana.
De esta manera, las personas privadas de libertad, que este año ocupan un lugar especial en las celebraciones jubilares, protagonizarán una de las últimas peregrinaciones colectivas a Roma para obtener la indulgencia plenaria.
Según Víctor Aguado, "el hecho de poder representar a todo este colectivo en estas fechas, en este jubileo - tras conseguir las autorizaciones necesarias por parte del sistema penitenciario- tiene una importancia tremenda a nivel espiritual, de crecimiento y renovación. Y sobre todo, saber que la dignidad de la persona sigue estando ahí y sigue teniendo las capacidades para poder hacer cosas, aún privadas de libertad".
La Pastoral Penitenciaria acompaña a las personas privadas de libertad, tanto en su proceso de internamiento como a su salida, que en la actualidad en Picassent representan cerca de 4.000 personas y sus familias.
"Es un proceso continuo de acompañamiento durante todos los años que dure la condena, incluso tras la finalización de la misma, en la que seguimos estando junto a ellos. Nuestra misión es estar siempre presentes, Jesús está siempre con ellos, no están solos y la dignidad no se la puede quitar nadie, porque nada va más allá, nada va más allá que la esperanza".
Este jubileo "supone un paso más en su reafirmación, en su reconciliación personal y en su camino de fe"
Todo peregrino en el jubileo busca, entre otros beneficios espirituales, la obtención de la indulgencia plenaria, es decir, la remisión temporal de los pecados ante Dios. Una indulgencia que cobra todavía más significado en la personas privadas de libertad.
Para cualquier persona interna una salida al extranjero es un reto esperanzador, "lo tienen todo prohibido pero en este caso han dado un paso más y van a poder viajar, van a poder ir al extranjero y además eso les va a abrir la puerta de la esperanza de que las cosas pueden cambiar, y que este proceso llegará un momento en que se quedará atrás", reflexiona Aguado. Y desde el punto de vista de la fe "supone un paso más en su reafirmación, en su reconciliación personal, sintiéndose capaces junto al Señor, que está ahí, ayudando, protegiendo y acompañándoles".
Peregrino al Jubileo: "El camino de la fe me ha ayudado a reconciliarme conmigo mismo"
Uno de los participantes en el Jubileo de los Presos ha permanecido privado de libertad varios años en el Centro Penitenciario de Picassent, una situación que asegura es una "forma fuerte y forzosa" de replantearte y reconducir tu vida. En su caso fue posible amparado en la fe.
Este peregrino se reencontró a sí mismo, fue capaz de perdonarse y de perdonar y conforme apunta "se puede hacer cuando a nivel personal y espiritual estás preparado".
"Si tú entras en prisión y no tienes claros los conceptos de lo que es tu vida o de lo que quieres que sea tu vida, esto puede ser una hecatombe, vas a acabar mal, rebelándote contra el sistema y no vas a querer aceptar determinadas situaciones. Al final todo eso se traduce en problemas".
Sin embargo, "si a nivel espiritual y a nivel personal tú tienes una base sólida sobre la cual moverte y tienes un acompañamiento en este caso de la pastoral penitenciaria, te sirve de refuerzo en el día a día, para poder ir adelante", asegura.
A través del acompañamiento de esta pastoral, y de las celebraciones que se ofrecen, entre ellas las misas los fines de semana, "consigues vivir y seguir adelante dentro de una situación de exclusión o de encierro".
Según este peregrino, el camino de la fe le ha ayudado a reconciliarse consigo mismo y asegura que "el perdón es con uno mismo pero también con los demás- víctimas y victimarios tienen que ser capaces de perdonarse a sí mismos por la situación que han generado y se tiene que llegar a ese convencimiento a través de un proceso de fe". "Es imposible que tú llegues a perdonarte o que llegues a perdonar a la otra persona sin una base clara de fe en Dios, por lo menos en mi caso yo lo veo desde ese punto de vista y ese proceso te lleva a ver que las cosas se pueden vivir de otra manera".
La entrada en la cárcel es dura por el hecho de sentir que, además de perder la libertad, "pierdes la dignidad como persona, en el momento de tu entrada tu dignidad no es tuya ya y eso es lo más duro". "Eres una cosa, no eres una persona y eso es lo que te hacen sentir. Es duro pero gracias a la fe, he sido capaz de mantener de alguna manera la compostura y poder salir adelante".
Participar en este jubileo es reafirmar su proceso de renovación: "A nivel espiritual y personal es un todo. El poder llegar a estar con el Papa que es la persona más cercana a Dios y más cercana a Jesús es algo increíble. A nivel personal nunca he estado en Roma, no he estado nunca con el Papa y me hace una especial ilusión poder llegar a estar lo más cerca de Jesús, es algo maravilloso".
"El proceso interior de reconciliación es lo que busca la justicia restaurativa"
Igualmente, para Víctor Aguado, "el proceso interior de reconciliación es lo que de alguna manera se busca en la justicia restaurativa, facilitar que la persona encuentre el motivo y el porqué de lo que hizo, que entienda que fue una mala elección, que eligió el camino que no tocaba".
En ello trabaja la pastoral penitenciaria, que es acompañar en el crecimiento de la fe y a los que no la tienen, intentar presentársela. Ahí es donde empieza todo el proceso de reconciliación de la persona, donde la esperanza ya no es solo el camino a seguir, sino que la esperanza es la meta- porque las cosas pueden cambiar y pueden ser de otra manera".
También Víctor Aguado explica que la sociedad hoy por hoy no facilita la reinserción: "Llevo mucho tiempo buscando una palabra que defina a la persona que ya ha salido de prisión. No la encuentro". Hablamos de ex reclusos o ex presos, y esa etiqueta les acompaña toda la vida. "Por qué la sociedad tiene que seguir juzgando lo que ya ha sido juzgado, quién soy yo para juzgar a nadie que ya ha cumplido su pena", asegura.





Guía de San Pedro Alcántara
Comentarios
Aviso





