La Sala 2 de la Casa de Las Tejerinas, sita en la Plaza de las Flores (Estepona), acogerá hasta el 3 de julio la exposición de acuarelas 'Lo que nos une' de la artista argentina Flor Sangiao.
Formada por doce obras, esta exposición nos sumerge en el universo íntimo y evocador de una artista que ha hecho de la observación de la naturaleza su lenguaje principal. A través de la acuarela sobre papel, Florencia Sangiao captura instantes prestados de la realidad, momentos cotidianos que, bajo su mirada, se transforman en ventanas hacia lo universal. Las obras que conforman esta muestra pertenecen a la serie "El Jardín es de quien lo cuida", un proyecto que profundiza en la relación simbiótica entre el ser humano y su entorno natural.
La muestra, comisariada por la historiadora y consultora de Arte Mikey Rico, permanecerá expuesta para su visita hasta el 3 de julio, de martes a viernes, de 09:00 a 20:00 horas, y sábados de 09:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas, con acceso libre.

Florencia Sangiao Rivera, conocida artísticamente como Flor Sangiao, nació en Buenos Aires, Argentina, en 1987. Desde muy joven, el dibujo fue su forma natural de expresarse. Aunque comenzó su formación en arquitectura, pronto redirigió su camino hacia el arte, estudiando dibujo, pintura, escultura e ilustración en diversas instituciones. Sin embargo, es su exploración autodidacta y su experiencia vital, marcada por el viaje y el movimiento, lo que ha definido su estilo actual: una línea orgánica y sintética que busca la esencia de las formas y las emociones.
En esta exposición, las obras de Sangiao nos invitan a detenernos, a observar con atención y a encontrar en lo cotidiano aquello que nos une como seres humanos. Sus acuarelas no sólo retratan escenas, sino que también nos hablan de nuestra relación con el mundo natural y con nosotros mismos. Cada trazo, cada vacío, cada detalle, es una invitación a reflexionar sobre nuestra propia historia y nuestra conexión con el entorno que habitamos.
"Lo que nos une" es la belleza que se esconde en lo simple, en lo cotidiano, y en la naturaleza que nos rodea. Es un recordatorio de que, en un mundo diverso y multicultural, todos compartimos una misma esencia.