Un equipo científico de la UGR ha obtenido sorprendentes resultados en la necrópolis megalítica de Los Milanes (Abla, Almería). En una de sus tumbas se han encontrado más de 28.000 fragmentos óseos pertenecientes a, al menos, 21 individuos que fueron cremados y posteriormente depositados en el interior del monumento.
Los hallazgos muestran que la cremación fue practicada 1500 años antes de lo que se pensaba. Por tanto, durante la Edad del Cobre la inhumación no fue el único ritual empleado, sino que convivió con la cremación, lo que demuestra una complejidad social y cultural hasta ahora inadvertida.
La necrópolis de Los Milanes se localiza en el municipio de Abla (Almería). En este enclave se han identificado 18 sepulturas megalíticas con cámaras funerarias de planta circular u ovalada que sirvieron como lugares de enterramiento colectivo. Tres de estas tumbas han sido excavadas entre 2023 y 2025 por el grupo de investigación "GEA. Cultura material e identidad social en la Prehistoria Reciente en el sur de la Península Ibérica", de la Universidad de Granada.

"En 2023, durante la excavación de una de estas sepulturas se produjo un hallazgo excepcional, su cámara funeraria estaba formada exclusivamente por restos óseos humanos cremados", destaca la investigadora de la UGR Paula Becerra. El estudio antropológico ha identificado 28.740 fragmentos óseos y 1.209 restos dentales que han sido estudiados de forma individualizada.
Se trata de un conjunto de muestras antropológicas altamente fragmentadas, la inmensa mayoría no supera los dos centímetros de longitud, y con una amplia gama de coloración que va desde marrón a blanco, pasando por negro, gris y azul. Además, tienen patrones de fractura y cambios en la forma de los huesos que enfatizan la exposición a temperaturas superiores a 650 grados centígrados.
Otro aspecto de interés consiste en una clara diferencia en la exposición al fuego de las partes anatómicas izquierda y derecha del cuerpo humano. El calor afectó en mayor medida al lado izquierdo. Esto indica una posición deliberada del cuerpo en la pira funeraria.
El análisis químico de los restos denota las diferentes condiciones de cremación en cuanto a la temperatura, presencia de oxígeno y tiempo de exposición al fuego. La cianamida encontrada se relaciona con la combustión de cuerpos cubiertos con algún tipo de sudario. Las diferentes evidencias describen una práctica funeraria de cremación que debió realizarse poco después de la muerte y cuyos restos fueron posteriormente trasladados y depositados en la cámara funeraria, donde han aparecido miles de años después.
En total, se depositaron como mínimo 21 individuos de todas las edades y de ambos sexos. La datación mediante el método denominado C14 ha permitido estimar la fecha de muerte, que se sitúa hace 4800 años, en el periodo conocido en arqueología como Edad del Cobre. Durante un tiempo de no más de 200 años, varias generaciones utilizaron esta sepultura como enterramiento solo de aquellas personas previamente cremadas.