Un centenar de participantes, entre responsables del Metro de Granada, la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, a través de la Agencia de Obra Pública, fuerzas de seguridad, operativos de emergencias y figurantes voluntarios, han intervenido en la pasada madrugada en el simulacro de un incendio en un cuadro eléctrico del túnel del Metro de Granada al paso de un tren en el que viajan 10 figurantes y que ha habido que evacuar por la gran cantidad de humo generado.
Este ejercicio ha servido para validar los nuevos sistemas automáticos de detección de humos y ventilación del túnel, así como la coordinación operativa entre el Puesto de Control Central (PCC) del metro y los servicios de emergencias. Además, el simulacro pone a prueba el Plan de Autoprotección del Metro de Granada, y ayuda a llevar a cabo la explotación comercial del metro en óptimas condiciones de seguridad.
El ejercicio se ha llevado a cabo en el túnel de Camino de Ronda, entre las estaciones de Méndez Núñez y Recogidas, con la presencia del delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada, Antonio Granados, y el delegado territorial de Fomento, Antonio Ayllón. El simulacro comenzó a la una de la madrugada del viernes 7 de noviembre, cuando el conductor de la unidad accidentada de Metro de Granada dio la voz de alarma al PCC tras advertir el humo. El tren quedó detenido a unos 70 metros de la estación Recogidas.

Desde el PCC se procedió a avisar al servicio de emergencias 112 y se estableció la zona de acceso al túnel para bomberos y ambulancias por la boca del túnel situada en Hípica, en la avenida de América, donde se establece también el Puesto de Mando Avanzado (PMA). La entrada al túnel por Universidad queda cerrada para otros trenes.
Los responsables de la gestión de operaciones del Metro de Granada han podido comprobar, en este simulacro, la activación automática de la ventilación del túnel. Los heridos que han podido salir por su propio pie han sido evacuados en sentido contrario al humo, hacia Recogidas.
Ya que se trataba de un accidente simulado de nivel 3, con heridos graves y con la necesidad de acudir a los servicios externos de seguridad, los bomberos asumen en un momento de la noche la dirección de la emergencia; realizan la puesta a tierra (supresión de la tensión de energía en la zona afectada) en Recogidas, y son los primeros en llegar al tren afectado, evaluando el alcance de la incidencia y asumiendo el control del incendio y la estabilización de la ventilación.
Este ejercicio de emergencias se ha llevado a cabo con el principal objetivo de poner a prueba el Plan de Autoprotección del Metro de Granada y comprobar, igualmente, la eficacia de actuación y comunicaciones de las fuerzas de seguridad y sanitarias coordinadas a través de Emergencias 112 de la Junta de Andalucía.
La mitad de las personas implicadas en el simulacro pertenecen a la operadora del Metro de Granada y la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, que gestiona el metro; la empresa pública de emergencias sanitarias 061, que ha atendido a los heridos; el servicio de Bomberos y el Cuerpo de Policía Nacional, que han ayudado en la evacuación, así como la Policía Local, que ha regulado el tráfico en superficie, y miembros de Protección Civil de la provincia de Granada, así como miembros de Emergencias 112 Andalucía. También ha habido diez voluntarios que han ejercido de pasajeros del metro y que han sido evacuados tras la voz de alarma.
Durante la emergencia se realizaron labores de puesta a tierra de la catenaria, como medida de seguridad en el tramo afectado por el accidente, así como el rescate de los heridos graves que han fueron evacuados en ambulancia. Sobre las tres de la madrugada del viernes 7 de noviembre, el supervisor del Puesto de Control Central de Metro de Granada comunicó el fin de la emergencia y la vuelta a la normalidad de la línea.





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