Más de 100.000 personas, de las cuales alrededor de dos tercios son niños y niñas, se han visto desplazadas en el norte de Mozambique durante el mes de noviembre tras los ataques contra la población civil.
La última oleada de desplazamientos se produce tras meses de ataques continuos y cada vez más intensos por parte de grupos armados no estatales en el norte del país, lo que ha provocado repetidos movimientos de población en las provincias de Cabo Delgado y Nampula. Los movimientos más importantes se han registrado en los distritos de Erati y Memba, en Nampula. Son frecuentes las denuncias de graves violaciones contra los derechos de los niños y niñas, incluidos secuestros, reclutamiento y explotación.
"Decenas de miles de niños y niñas se han visto obligados a abandonar sus hogares en el norte de Mozambique, y los desplazamientos se están produciendo a un ritmo vertiginoso en un breve periodo de tiempo", ha afirmado Mary Louise Eagleton, representante de UNICEF en Mozambique. "Este aumento en el número de niños y niñas obligados a huir está empujando a las familias a situaciones desesperadas, mientras que los servicios esenciales -salud, educación, protección infantil, agua, saneamiento e higiene- se ven desbordados por la magnitud de las necesidades. Los ataques y las graves violaciones de los derechos de la infancia deben cesar de inmediato".

Esta situación se desarrolla en un contexto más amplio de vulnerabilidad, en el que los derechos de los niños y niñas a la vida, la protección, el desarrollo, la educación y la atención sanitaria ya se veían amenazados. Aproximadamente 4,8 millones de personas en Mozambique necesitan ayuda humanitaria, más de la mitad de ellas niños. Además del impacto del conflicto y el desplazamiento, la infancia de Mozambique está sufriendo las peores consecuencias de la crisis climática y la pobreza: se estima que 920.000 niños y niñas se vieron afectados por ciclones solo en 2025 y casi 400.000 vieron interrumpida su educación debido a los daños o la pérdida de aulas. Datos publicados recientemente muestran que el 77 % de los 16,4 millones de niños y niñas de Mozambique viven en situación de pobreza.
Sin embargo, la respuesta se ve cada vez más limitada por el creciente déficit de financiación en sectores críticos para la infancia, lo que hace que los flujos de ayuda se vean desbordados justo cuando las necesidades se han disparado y la temporada de ciclones está a punto de comenzar.
"La respuesta humanitaria está llegando a su punto de colapso en un momento muy peligroso para los más pequeños, con desplazamientos rápidos y un alto riesgo de ciclones devastadores en los próximos meses", ha señalado Eagleton. "Los recortes de financiación están amenazando nuestra capacidad para responder a las necesidades más inmediatas. Se necesita urgentemente un apoyo adicional a los esfuerzos colectivos -por parte del gobierno, las Naciones Unidas, los aliados humanitarios y de desarrollo, la sociedad civil, las comunidades y el sector privado- para garantizar la seguridad y el bienestar de los niños y niñas, al tiempo que se abordan las causas del conflicto y se fomenta la resiliencia ante las crisis climáticas en Mozambique".





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