De todos es sabido que China, una de las naciones con más densidad de población mundial, cuenta con una extensa red de cámaras de vigilancia que monitorean día y noche las ciudades para controlar a la población y predecir manifestaciones y movimientos de revuelta. Aunque en Europa muchos creen que estamos muy lejos de eso, y que los ciudadanos gozamos de plena libertad, existen dudas racionales para creer que no vivimos del todo en el anonimato y que, de alguna manera somos rastreados desde el momento en el que caminamos por la calle, pagamos con tarjeta de crédito, o salimos de vacaciones. Cámaras hay por todas partes y nos rastrean constantemente: ya, al salir de casa por la mañana para ir a trabajar, nos han captado las grabaciones del banco de la esquina, o de la tienda del barrio. Existen cámaras en la mayoría de calles, en un lugar u otro: en los comercios, donde se filma a los transeúntes, y en lugares donde están instaladas de manera más discreta. Al entrar en los edificios, nos están grabando a todas horas, y cuando estamos en el supermercado sucede lo mismo.
Dominios clásicos y originales
Mucha gente no sabe que, además de los dominios clásicos, como .es, .com. .net, etc., existen dominios curiosos y peculiares: .io (ideal para startups, ingenieros y desarrolladores), ai (ideal para empresas emergentes o si un determinado dominio, como .com está ocupado), o .tech (ideal para el sector tecnológico). Lo mejor es entrar en la página, consultar el buscador de dominios y comprobar si el nuestro está disponible. Ionos.es se dedica a páginas web, tiendas online, WordPress, dominios y muchos otros servicios. Solo hay que consultarles y preguntar a los expertos las dudas que tengamos.

También se rastrea lo que compramos y en qué gastamos
Desde Europa, ciertos mandatarios ya están diseñando maquiavélicamente estrategias para eliminar el dinero efectivo de la circulación, de modo que, en un futuro muy cercano, solo se podrá pagar con tarjeta de crédito. Con la tan gastada excusa de que hay que ponerse a la altura de Europa y de que hay que acabar con la economía sumergida, los gobiernos acatan las órdenes e imposiciones de los mandatarios de altas instancias europeas a costa de menguar la libertad de sus ciudadanos. Precisamente, esa libertad que había hace unos años, de poder pagar con dinero en metálico es digna de recordar. Ahora, ya no es posible comprar y pagar con cierta cantidad de dinero en efectivo, porque los negocios no pueden aceptar determinados billetes. Eso, junto a la disminución del poder adquisitivo de la gente, causado por los impuestos abusivos, es para encerrarse en casa y cerrar la puerta.
Ya no se puede vivir anónimamente
La obsesión de los gobiernos por controlar a los ciudadanos llega a todos los ámbitos de la vida privada. Con la excusa de paliar el terrorismo, desde hace años ya no se puede comprar por internet sin que quede rastro, y, navegar se hace cada vez más insoportable porque en todas las páginas tienes que decir ,de un modo u otro, que has estado ahí. Todas las páginas obligan a registrarse, o de alguna manera, tus gustos personales quedan registrados para recibir publicidad personalizada.