Se ha presentado el proyecto COCCON-España, coordinado por el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, de Aemet. A través del proyecto se implantará una red de estaciones para monitorizar a escala nacional las emisiones de gases de efecto invernadero, que provocan el cambio climático. La colaboración entre la Universidad de Valladolid y Aemet ha permitido la instalación de una moderna y completa estación en la provincia de Valladolid, que será referencia en la monitorización de la atmósfera.
Este lunes se ha presentado en la Universidad de Valladolid el proyecto Coccon-España, cuyo objetivo es mejorar la monitorización de los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático, así como identificar las fuentes de emisión de estos gases y su magnitud.
El proyecto, coordinado por el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, perteneciente a Aemet, tiene como objetivo el despliegue de una red de estaciones de monitorización de gases de efecto invernadero. En su fase inicial, la red estará conformada por catorce estaciones distribuidas de manera geográficamente homogénea y en las que se alternan ubicaciones en zonas de emisiones de gases de efecto invernadero urbanas e industriales con áreas rurales en condiciones de fondo.
La monitorización de zonas urbanas es muy importante ya que, por una parte, son particularmente vulnerables a la contaminación del aire, los fenómenos meteorológicos extremos y los efectos del cambio climático, pero, por otra parte, son grandes focos de emisión de gases de efecto invernadero, con alrededor del 70 % de las emisiones globales de dióxido de carbono. Por ello, COCCON-España también contempla la monitorización de los flujos de emisión de GEI (no solo las concentraciones) en zonas clave, como son las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, mediante la instalación de instrumental adicional.

Presentación del proyecto COCCON-España
Dentro del proyecto, se dispondrá de estaciones de monitorización hídridas combinadas con otros proyectos dedicados a la observación de gases de efecto invernadero y del ciclo del carbono, como ICOS-España. Una de estas estaciones híbridas es la que se ha instalado en la provincia de Valladolid gracias a la cooperación entre la Universidad de Valladolid y la Agencia Estatal de Meteorología.
La estación, denominada CIBA-Uva, cuenta con instrumentación científica de muy alta calidad para la medida de las concentraciones de gases de efecto invernadero tanto en superficie como en columna, pero además permitirá una completa caracterización de la atmósfera con instrumental para medidas de aerosoles, cámaras para vigilancia de la nubosidad y otros muchos parámetros. Así, el CIBA (Centro de Investigación de la Baja Atmósfera) se convertirá en un referente nacional de la monitorización atmosférica.
La inversión realizada en la instrumentación del CIBA asciende a aproximadamente 600.000,00 €, mientras que el presupuesto total del proyecto COCCON-España es de 3.5 M€), esfuerzo posible gracias al trabajo conjunto de AEMET y la Universidad de Valladolid, colaboración que se remonta a finales de los años 70 del siglo XX.
El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, ha destacado que la nueva estación permitirá incorporar las instalaciones del Centro de Investigación de la Baja Atmósfera -ubicadas en Villalba de los Alcores- a la red europea e internacional de control de gases de efecto invernadero y ha resaltado además la importancia de esta iniciativa para impulsar la investigación de la atmósfera y reforzar la contribución de la Universidad de Valladolid a la lucha contra el cambio climático. "Este proyecto abre la puerta a colaboraciones científicas internacionales y consolida el liderazgo del Grupo de Óptica Atmosférica de la UVa, que desde hace años trabaja en misiones tanto en el Ártico como en la Antártida", señaló Largo Cabrerizo.
Por su parte, la presidenta de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), María José Rallo, ha subrayado durante su intervención que "uno de los principales indicadores del cambio climático es el aumento en la frecuencia, intensidad y extensión de los fenómenos meteorológicos adversos", y que para hacer frente a este reto "es imprescindible contar con datos fiables y continuos sobre las mediciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera". En este sentido, destacó el papel de España, que "se está situando a la vanguardia internacional en la vigilancia climática y la observación de la composición atmosférica", con el objetivo de "diseñar políticas públicas basadas en la evidencia científica".
Rallo puso además en valor la estrecha y prolongada colaboración entre la AEMET y la Universidad de Valladolid, que se remonta a más de un siglo y medio y ha permitido avances científicos de referencia internacional.





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