Todos piensan que Internet ha llegado para quedarse para siempre, y que solo cabe esperar que siga evolucionado, pero ¿Y si estuviera abocada a extinguirse y finalmente a desaparecer?.
Es lo que vaticina Geert Lovink, un conocido teórico neerlandés de los medios de comunicación y crítico de la Red, profesor en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam (AUAS) y profesor honorario de la Universidad de Ámsterdam (UVA), ambas localizadas en la capital de los Países Bajos.
En su ensayo 'Extinction Internet', Lovink pronostica que llegará un momento en que nos cansaremos de estar conectados a Internet.
Esta desconexión se producirá debido a que las desventajas de compartir nuestras opiniones en línea serán tan grandes, y los aspectos negativos superarán en tal medida a los beneficiosos, que las personas abandonarán internet, según explica Lovink en su estudio (https://networkcultures.org/wp-content/uploads/2022/11/ExtinctionInternetINC2022Miscellanea.pdf).
Una era turbulenta donde todo parece cambiar
En opinión de su autor, las conclusiones del ensayo 'Extinction Internet' (Extinción de Internet), publicado en noviembre de 2022, siguen vigentes, si bien habrá que analizar el impacto que podría tener la llegada de la administración Trump II a EE. UU.
"La tesis de 'Extinction Internet' es programática y describe una profunda transición en una era turbulenta donde todo parece cambiar muy rápidamente", explica Lovink en una entrevista con EFE.
"En mi nuevo libro, 'Platform Brutality' (Brutalidad de Plataforma), que se publicará en español en 2026, profundizo acerca de la presión que ejercen las grandes compañías tecnológicas sobre los usuarios para que se ajusten a sus normas y visiones políticas", puntualiza.

Teórico neerlandés Geert Lovink, nombrado profesor honorario de la Universidad de Ámsterdam. (EFE)
Lovink también sostiene, en 'Platform Brutality', que los aspectos tóxicos de Internet han permeado por completo nuestra vida personal, social y política, y la gente lo utiliza para atacar a otros, normalizar la violencia, difundir noticias falsas y hacer propaganda de causas de extrema derecha, por nombrar solo algunos" ejemplos de "este giro brutal".
El caso de 'The Digital City', precursora de Internet
Este especialista es fundador y director del Institute of Network Cultures, (https://networkcultures.org/geert/), centro cuya finalidad es explorar, documentar y alimentar el potencial de los nuevos medios para provocar cambios sociales, económicos y culturales. Además es autor de varios libros de referencia en el ámbito de la comunicación digital, interactiva y mediante redes.
Lovink siempre ha sido una figura pública como pionero de internet gracias a su participación en la plataforma 'The Digital City',( https://waag.org/en/article/twenty-years-de-digitale-stad-start-social-web/) precursora de internet, cuyos fundadores la imaginaron como una red descentralizada, mantenida por los ciudadanos para los ciudadanos, según la Universidad de Ámsterdam, UVA, (www.uva.nl).
"Perdimos aquella batalla de forma espectacular. La realidad es que Internet y las aplicaciones adictivas están en manos de las grandes tecnológicas, a las que les importan poco los derechos individuales o la sociedad en su conjunto", resume Lovink.
En su ensayo 'Extinction Internet' prevé que "con el tiempo, las desventajas de compartir tu opinión en línea serán tan grandes que la gente abandonará Internet".
Este experto neerlandés esboza un futuro en el que "Internet desaparecerá (parcialmente)" y de esta manera "nos veremos obligados a abandonar nuestra adicción a la tecnología".
La Red está rota, pero ¿se podría arreglar…?
Este experto neerlandés ha investigado Wikipedia, los motores de búsqueda, las redes sociales y las criptomonedas, así como sus modelos de rentabilidad, desde la evidencia de que "Internet está roto", pero con la perspectiva de que "podía y debía repararse", según la UVA.

La gente se alejará de la Red debido a que sus aspectos negativos superarán a los positivos, según Geert Lovink. (EFE)
Sin embargo, últimamente Lovink ha empezado a cambiar de opinión y a preguntarse si es realmente posible arreglar Internet.
"Puede llegar un punto en el que ya no sea posible arreglarla, y que después, las consecuencias adversas ya no se puedan controlar. Internet se encamina hacia un punto sin retorno, y las grandes tecnológicas probablemente ya lo saben", asegura.
Punto de 'no retorno', cada vez más cerca
Lovink considera que este punto de no retorno se acerca, ya que ahora incluso los usuarios 'comunes' tienen que pagar cada vez más el precio de nuestra profunda dependencia de Internet y la adicción a las redes sociales y las aplicaciones, según explica.
Se trata de un precio ante todo psicológico, ya que no solo muchos jóvenes sufren una autoimagen distorsionada y trastornos de ansiedad, sino que también se ha producido una externalización de nuestras funciones mentales: "ciertas funciones críticas de nuestro cerebro se están externalizando", lamenta.
Lovink recalca que debido a nuestra dependencia de Internet "nuestra memoria a corto plazo está empeorando y nuestra atención se está fragmentando cada vez más y es dirigida de forma muy específica".
Al mismo tiempo, "el control social está aumentando en el ámbito digital y los usuarios están siendo vigilados de cerca. Nuestra supuesta libertad de expresión ya no existe", afirma.
Señala que hoy en día, en algunos países, "quienes comparten opiniones no convencionales en línea puede sufrir consecuencias en relación con su trabajo o su círculo de amigos".
Como consecuencia de esto "ya estamos empezando a ver indicios de que la gente publica cada vez menos sus opiniones", apunta.
Cada vez más control y vigilancia en las redes
"En China ya es imposible subir a un tren si se tiene una opinión errónea. En Estados Unidos hay que compartir todos los perfiles de redes sociales para solicitar un visado", advierte.
Añade que "la situación no parece ir tan mal en Europa Occidental todavía, pero la actividad en línea es tan rastreable y visible que existe una posibilidad real de que, llegado un momento, la gente ya no pueda viajar ni obtener una hipoteca o un seguro".
"Este control digital sofisticado acabará generalizándose tanto que la gente acabará abandonando internet", opina Lovink. "Creo que la gente empezará a rechazar la tecnología", recalca.
"Si miramos un poco más allá, la situación se vuelve aún más dramática" dando lugar a un escenario al que Lovink denomina 'Internete Extinción' y que describe en su ensayo.
Lovink imagina "un futuro en el que ciertos servicios de Internet dejarán de estar disponibles —también debido a la situación geopolítica y a la crisis climática, que podrían fomentar problemas energéticos—, lo que a su vez provocará un acceso reducido o incluso la desconexión a internet", según la UVA.
"La idea de perder la conexión a internet puede parecer inconcebible, especialmente para los jóvenes, pero es necesario que miremos el futuro con ojo crítico. Por ejemplo, es posible que la infraestructura necesaria, como la electricidad, falle y, con ella, Internet se caiga", reflexiona.
"Si bien esto tendrá consecuencias drásticas", Lovink cree que, "en última instancia, podemos liberarnos de las garras de Internet".
"Creo que sería posible que nos desvinculemos de la Red. Podrían surgir diferentes programas u otras estructuras que nos hagan menos dependientes", concluye Geert Lovink.