PARECE MENTIRA que el Tribunal Supremo haya avalado las prospecciones petrolíferas en Canarias, contra la decisión meridiana del Cabildo insular y los informes desfavorables de Greenpeace, Oceana y WWF. Los expertos ecológicos y el representante de todos los canarios, Paulino Rivero, presidente autonómico, consideran que un posible derrame en la zona podría dañar a especies protegidas o arrecifes de coral y afectar al turismo y la pesca. Han llevado el caso a los tribunales europeos. También en Baleares temen la acción de la industria del oro negro. Las dos joyas insulares ven amenazada su riqueza marina, de las mayores de España. Si realmente hubiese petróleo, tan solo beneficiaría a Repsol, una empresa privada. La ciudadanía no percibiría ventaja alguna. Horadar el lecho marino en este tipo de explotaciones, para lo que se utilizan arenas abrasivas y productos tóxicos, ya de por sí contamina lo suyo. La actividad posterior de extracción continua, mucho peor, incluso alcanzando a las costas. Los impuestos de todos los españoles pagarán de nuevos esos daños. Gran parte del archipiélago está declarada en distintas zonas como Reservas de la Biosfera por la UNESCO y nadie descarta tampoco las severas repercusiones socio-económicas sobre la actividad pesquera y turística en su conjunto, tan solo ya con el mero anuncio. A pocos convence la favorable declaración de impacto ambiental del Ministerio de Medio Ambiente autorizando los sondeos, a pesar de que establezcan medidas preventivas y correctoras para evitar posibles riesgos. No quieren el más mínimo percance ambiental, ningún impacto, ninguna agresión.
¿Les permitirán una consulta popular vía referéndum? Tienen tanto derecho como Mas en Cataluña. Solo quieren que este tipo de actividad no se dé en su tierra. ¿Por qué no les dejan tranquilos? ¿Tan sólo interesa conservar los paraísos fiscales? Todo indica que sí, mientras reciben este trato nuestros españoles isleños.
¿Les permitirán una consulta popular vía referéndum? Tienen tanto derecho como Mas en Cataluña. Solo quieren que este tipo de actividad no se dé en su tierra. ¿Por qué no les dejan tranquilos? ¿Tan sólo interesa conservar los paraísos fiscales? Todo indica que sí, mientras reciben este trato nuestros españoles isleños.