La Universidad de Zaragoza ha comenzado la actualización de su Huella de Carbono con la recopilación de datos correspondientes al año 2025. Este nuevo inventario permitirá revisar y ampliar los estudios previos realizados en 2022 y años anteriores. El análisis incluirá los tres alcances establecidos por los estándares internacionales, considerando tanto las emisiones directas como las indirectas relacionadas con la actividad universitaria.
Una de las principales novedades de esta actualización es la incorporación de la huella de la vida digital de la institución. Por primera vez se evaluará el impacto asociado a los servicios informáticos, el almacenamiento en la nube y el uso de herramientas digitales, incluida la inteligencia artificial. Además, se profundizará en el impacto de la movilidad cotidiana de la comunidad universitaria y del consumo de alimentos y bebidas en las instalaciones, aspectos especialmente relevantes dentro del alcance 3.
En las próximas semanas se enviarán cuestionarios al estudiantado, al personal docente e investigador y al personal técnico, de gestión y de administración y servicios. Su objetivo será conocer hábitos de desplazamiento, uso de servicios digitales y consumo en cafeterías y comedores. También se solicitará información a diferentes Unidades y Servicios para completar un inventario detallado de consumos, residuos y contrataciones.
Este estudio no solo permitirá calcular las toneladas de CO₂ equivalente emitidas. Servirá también como base técnica para elaborar el futuro Plan de Sostenibilidad Ambiental de la Universidad de Zaragoza. A partir de los resultados del inventario de 2025 se definirán indicadores cuantitativos, objetivos anuales de reducción y acciones concretas para avanzar hacia una universidad más sostenible y comprometida con la responsabilidad climática.
El proyecto está liderado por el Vicerrectorado de Infraestructuras y Sostenibilidad, a través del Secretariado de Sostenibilidad Ambiental, que dirige Jorge Sierra, con el apoyo de la Oficina Verde, el Servicio de Mantenimiento y el Observatorio de Sostenibilidad. La coordinación técnica será realizada por el grupo GITSE, del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), especialista en análisis de ciclo de vida y huella de carbono.





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