En la mañana del viernes 12 de diciembre, se ha celebrado en el Cuartel General de la Armada el solemne acto de imposición de la Gran Cruz del Mérito Naval al reconocido chef Ferran Adriá Acosta. El acto ha sido presidido por la ministra de Defensa, Margarita Robles, acompañada por el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), almirante general, Antonio Piñeiro Sanchez.
Durante el acto se ha proyectado un emotivo vídeo que refleja la estrecha relación de Ferran Adrià con la Armada, un vínculo que se remonta a los años en que realizó el servicio militar como cocinero en Cartagena. Mucho antes de convertirse en uno de los grandes referentes e innovadores de la gastronomía mundial, Adrià inició allí una etapa que precedió a su brillante trayectoria profesional. Además, fue clave en la creación y posterior desarrollo de la prestigiosa especialidad de hostelería de la Armada. Su restaurante, El Bulli, fue reconocido en varias ocasiones como el mejor del mundo, y su influencia ha trascendido el ámbito culinario, siendo incluido por la revista Time entre las cien personas más influyentes del mundo y distinguido como mejor cocinero de la década por The Restaurant Magazine.
El condecorado ha destacado los aprendizajes adquiridos en la Armada: "Los valores, empezando por el respeto a tus compañeros y respeto por el pasado. La honestidad, sobre todo cuando te dedicas a la innovación. La generosidad, porque si tienes suerte en la vida hay que ser generoso con los demás. El agradecimiento y la normalidad".
Por su parte, el AJEMA agradeció a Adrià su presencia y destacó la importante labor de los cocineros a bordo de los buques. "Cuando estás a cientos de millas de puerto y la rutina se vuelve exigente, un buen plato es mucho más que una comida: es una celebración. Por eso la labor de nuestros cocineros es tan importante; ellos también son responsables de uno de los elementos más humanos de la vida en la mar, la camaradería. Por todo eso la Armada hoy te condecora". Y añadió: "Tu nombre navega con nosotros en cada buque, en cada cocina y en cada persona que descubre que la pasión puede convertirse en una forma de engrandecer a España".

Ferran Adrià recibe una condecoración de manos del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada
Para concluir, la ministra de Defensa ha expresado su reconocimiento al prestigioso cocinero por "su normalidad, humanidad, sacrificio y compromiso. Estos son los valores que representan a la Armada" y ha añadido: "he tenido el altísimo honor de poder visitar muchos buques españoles, y en sus cubiertas, he podido probar esos platos que han cocinado con tanto amor y cariño".
Sobre la Gran Cruz del Mérito Naval
La Gran Cruz del Mérito Naval consta de una Placa abrillantada de ráfagas en oro y una banda de seda con los colores de la bandera de España, dispuestos como en la enseña nacional.
El uso de estos colores en las Cruces al Mérito Naval responde a una tradición histórica que se remonta a los orígenes de nuestra bandera. En tiempos de Felipe V, la enseña llevaba el escudo de su dinastía sobre fondo blanco. Sin embargo, muchos países empleaban también banderas de fondo blanco, lo que, en combate naval y entre el humo de los cañones, generaba frecuentes confusiones entre buques aliados.
Por ello, Carlos III, hijo de Felipe V, encargó a su ministro de Marina, Antonio Valdés y Fernández Bazán, que diseñara un nuevo pabellón naval fácilmente identificable. A través de un concurso, se seleccionaron doce diseños, de los cuales el Rey eligió uno para la Marina mercante y otro para la de guerra, siendo este último el origen de la actual bandera nacional.
Así, por Real Decreto de 28 de mayo de 1785, se dispuso que:
"Para evitar los perjuicios que puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval, he resuelto que usen mis Buques de guerra una Bandera dividida en tres listas, de las cuales el alta y la baja sean encarnadas y la de en medio, amarilla".
El uso de esta bandera se extendió igualmente entre las tropas de tierra, hasta el punto en que Isabel II, por Decreto de 13 de octubre de 1843, suprimió las diferencias entre el pabellón nacional y las particularidades de los cuerpos del Ejército, y ordenó unificar banderas para su uso en el Reino de España, adoptándose la que era empleada por los buques de la Armada.
En reconocimiento a esta herencia, la Armada conserva el privilegio de llevar los colores de la Enseña Nacional en las Cruces del Mérito Naval, lo que constituye un motivo de legítimo orgullo para todos los marinos españoles.
La Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco distingue a quienes han prestado servicios extraordinarios en apoyo a la Armada, contribuyendo de manera destacada a nuestra Defensa Nacional y a España.





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