El Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, ha oficiado una misa hoy, domingo, por todos los fallecidos de la diócesis en el último año, con motivo de la conmemoración de los Fieles Difuntos.
La celebración ha tenido lugar en la capilla del Cementerio General, que desde esta semana y hasta el 8 de noviembre acoge una misa diaria por los difuntos.
El Arzobispo, acompañado por el capellán del Cementerio Municipal y por el Jefe de Servicio y Jefe de Área del Ayuntamiento, ha visitado el panteón de sacerdotes diocesanos y también el de canónigos de la Catedral de Valencia.
Además, ayer, solemnidad de Todos los Santos, la capilla acogió varias eucaristías, entre ellas, una ofrecida en memoria de los sacerdotes y religiosos fallecidos en la diócesis de Valencia. También desde el día 4 se celebrarán las XL Horas de adoración eucarística.

La capilla del cementerio es un lugar de esperanza y todo un refugio espiritual. "Nuestra función es la despedida, la de dar culto en la hora de misericordia, la de enterrar a nuestros difuntos y hacerlo lo más dignamente posible", apunta el capellán, Antonio Nofuentes, religioso servita.
"Recibimos a todas las familias que deseen sepultar a sus seres queridos bajo la fe cristiana y lo que hacemos es recibirlos en la iglesia, atenderles. En algunos casos también nos piden confesiones antes o después de la celebración y por supuesto damos acompañamiento espiritual a quienes lo necesitan", afirma.
Los sacerdotes en estos casos, como apunta el capellán, ofrecen el consuelo que da la fe y la Palabra de Dios: "Les llevamos la palabra de Dios, la certeza en la resurrección, la certeza de que esta vida no termina en nuestra muerte, sino que es solo un paso hacia la eternidad y a la presencia de Dios".





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