Entre el 3 y 7 de agosto, el Centro de Operaciones y de Vigilancia Espacial (COVE) ha liderado por primera vez en su historia un evento espacial real (Real-Wordl Event, RWE) en el contexto de la iniciativa multinacional Global Sentinel, liderada por el USSPACECOM. Con esta acción, se marca un hito histórico en la consecución de los objetivos espaciales del Mando del Espacio.
Bajo una nomenclatura en términos oficiales de RWE25-04, el COVE coordinó con centros de operaciones espaciales de las fuerzas aéreas de Francia, Italia, Japón, Rumanía y Ucrania, así como con las empresas nacionales GMV, HISDESAT, e Indra-Deimos, la vigilancia permanente de la maniobra del satélite Spainsat NG1 (de nueva generación para telecomunicaciones gubernamentales y militares seguras puesto en órbita en febrero de 2025) hacia su órbita geoestacionaria final, para reemplazar al satélite XTAR-EUR (para telecomunicaciones seguras desarrollado por España y EE.UU puesto en órbita en febrero de 2005). La misión consistía en observar la correcta ejecución de la maniobra y garantizar la seguridad de la misma.
Los RWE son eventos espaciales reales que, junto con el ejercicio anual, sirven a la comunidad Global Sentinel para mejorar el conocimiento del dominio espacial y optimizar los procesos operativos y de intercambio de datos.

La maniobra del satélite Spainsat NG1 implicó el uso de sus motores de efecto Hall (de propulsión iónica, de bajo consumo de propelente, que utilizan un campo eléctrico para acelerar iones y generar empuje, ideales para misiones interplanetarias de larga duración) en una serie de maniobras largas y continuas durante todo el proceso. Unas maniobras que fueron acercando gradualmente el Spainsat NG1 hasta la posición geosíncrona del satélite XTAR-EUR, momento en el que cesó todo su movimiento. Durante la ejecución de estos impulsos, cada noche se tomaban medidas con telescopios que se procesaban al día siguiente para comprobar que la trayectoria era exactamente la planeada y que ningún otro objeto espacial cercano estaba realizando alguna actividad de riesgo.
Para el COVE, este hito ha servido para cualificar a sus operadores espaciales, sus procedimientos y sus sistemas operativos. Además, supone un salto cualitativo operativo en la comunidad espacial internacional, al demostrar interoperabilidad y capacidad organizativa, demostrando que España puede operar eficazmente en la llamada última frontera de la humanidad.