Las obras que la Junta de Castilla y León está acometiendo en el convento de ‘Las Úrsulas’ de Salamanca conllevan un refuerzo de toda la estructura para mejorar su conservación. La iglesia ha sufrido, a lo largo de toda su existencia, daños en las cubiertas e intervenciones que, en sus diferentes fases, no han resuelto ni paliado el origen de los mismos. Así, las deformaciones y roturas en cubierta se habían ido reparando de forma puntual pero no se había resuelto el problema, por lo que era necesaria una intervención completa en las cubiertas y trabajos de consolidación de muros y contrafuertes.
En 2015, la Consejería de Cultura y Turismo encargó el levantamiento planimétrico de la iglesia y la evaluación estructural de sus fábricas, que ha servido de base al proyecto cuyas obras se están ejecutando y que cuentan con un presupuesto superior al medio millón de euros. El estudio concluye la necesidad de llevar a cabo un refuerzo estructural de carácter preventivo, ante las siguientes necesidades en esta parte del monumento: deterioro de la envolvente de la cubierta de nave y torreón, con pérdida de estabilidad y estanqueidad; falta de condiciones de estabilidad estructural del forjado interior que sirve de pavimento al torreón; falta de cohesión material de los contrafuertes del muro sur; deterioro de cornisa de la nave, y alteración de las cresterías que coronan el torreón; empujes de cubierta no contrarrestados por el muro sur de la nave y deformación y empuje del arco que separa la nave del presbiterio que tampoco es contrarrestado en condiciones de seguridad por el estribo sur y falta de condiciones de estabilidad en las armaduras de la nave de la iglesia y en la del torreón.
Los trabajos se están realizando en tres frentes. Por un lado, en la cubierta de la nave se está retirando, por fases, la estructura existente y se está ejecutando una nueva, con el mismo sistema estructural y los mismos materiales originales, tratando de recuperar el mayor número de elementos originales posibles; en la cubierta del torreón, se están ejecutando los refuerzos de las vigas del forjado visitable y en las partes inferiores de los muros se están efectuando operaciones de rejuntado y recuperación de los sillares de piedra, y sellado de grietas.
Dadas las características de la obra y su sensibilidad a los movimientos, se ha colocado un sistema de monitorización estructural que permite mantener un control continuo sobre los movimientos de la estructura. Se han instalado sensores de medición en dos zonas, que se consideran las más sensibles a los movimientos. Por un lado, en la esquina suroeste de la nave, en muro de los pies de la Iglesia y el contrafuerte de esquina y, por otro lado, en el testero oeste del torreón y en el contrafuerte correspondiente. En ambos casos se han situado dos fisurómetros, que miden el crecimiento de las grietas existentes, y un inclinómetro de doble eje, que mide la inclinación de los muros en dos direcciones. Las señales de los sensores se recogen en un equipo de adquisición de datos que, a su vez, transmite los datos a un servidor, a través del cual y de la plataforma web implementada, es posible descargar las lecturas en tiempo real. Este sistema, junto con las periódicas visitas a la obra, permite a los técnicos tener un control exhaustivo del desarrollo de la misma y del comportamiento del edificio.
En los próximos meses se verá un importante avance de la obra hasta finalizar previsiblemente antes del próximo verano con la total consolidación del edificio para el futuro.