En España, la proporción de jóvenes de 15 a 19 años matriculados en educación superior (Formación Profesional de grado superior y estudios universitarios) alcanza el 20%, casi el doble que en la OCDE y la UE25 (ambas en torno al 11%), una tendencia que se explica en gran medida por el impulso y la fuerte presencia en España de los ciclos de FP de grado superior. Así se desprende del informe 'Panorama de la Educación 2025. Indicadores de la OCDE' publicado este martes, donde se señala que en ese rango de edad España presenta una tasa de escolarización del 87%, ligeramente superior a la media de la OCDE (84%) e igual a la de la UE25 (87%).
En cuanto al acceso a la educación superior, España presenta singularidades, ya que el 39% ingresa por la vía de los ciclos de FP superior (conocidos como programas cortos a escala internacional), muy por encima del 16% en la OCDE y del 10% en la UE25, y el 47% del alumnado lo hace por grado universitario, frente al 78% en la OCDE y el 81% en la UE25. El 14% restante lo hace en programas equivalentes a un máster universitario (también por encima de las medias internacionales).
La edad media de ingreso a la educación superior coincide con la de la OCDE y la UE25 (22 años), y en cuanto al género, España refleja el mismo patrón que las medias internacionales, con una mayoría femenina (54%), cifra que ha crecido respecto a 2013 y confirma la consolidación de la participación de las mujeres en la educación superior.
El informe destaca un dato positivo de movilidad intergeneracional ascendente, con un 30% de jóvenes españoles cuyos padres no completaron la secundaria que logran titularse en educación superior, por encima de la media de la OCDE (26%).

Además, destaca la baja tasa de abandono en este nivel educativo (14%), muy por debajo de la OCDE (21%) y de la UE25 (24%). Estos resultados sitúan a España entre los sistemas con mayor continuidad y menor abandono en la educación superior, reforzando la idea de un sistema flexible y con capacidad de retención. En España, las mujeres presentan mayores tasas de finalización que los hombres: el 49% frente al 30% tras los cuatro años desde el inicio, y el 80% frente al 65% siete años después.
Otro de los aspectos que señala el informe es la ventaja salarial de los graduados en estudios superiores, que perciben de media un 49% más que quienes han completado la segunda etapa de secundaria (4º de ESO, FP básica y de grado, y Bachillerato), una ventaja salarial algo menor que en la OCDE (54%) y la UE25 (51%). Los titulados en ciclos de FP superior ganan un 11% más que quienes tienen secundaria superior, frente al 40% en el caso del grado y al 76% con máster o doctorado, cifras algo inferiores a las de la OCDE (17%, 39% y 83%).
La ventaja salarial de la educación terciaria frente a la segunda etapa de secundaria aumenta con la edad: del 45% en la población joven (25-34 años) al 61% en la franja de 45- 54 años.
En la población joven de 25 a 34 años se aprecia otro claro progreso educativo, con más de la mitad titulada en educación superior (53%, por encima de la OCDE con 48% y la UE25 con 45%) y una reducción significativa de quienes solo cuentan con estudios básicos (24%, aunque este valor duplica las medias internacionales).
Educación infantil
En 2023, España destacó en la escolarización temprana: el 32,9% de los menores de 2 años estaban matriculados en programas formales de educación infantil, muy por encima de la media de la OCDE (22%) y de la UE25 (19,6%), tras un crecimiento sostenido desde 2021. Entre los niños y niñas de 2 años, la tasa alcanzó el 71,2%, con incrementos de 7 puntos respecto a 2022 y 15 puntos frente a 2021, situándose también muy por encima de las medias internacionales (52 % en la OCDE y 51% en la UE25).
La escolarización en el segundo ciclo de educación infantil (3 a 5 años) es en España prácticamente universal, con un 98% de los menores matriculados (frente al 85% de la OCDE y el 90% de la UE25), situándose entre los países con las tasas más altas junto a Francia y Noruega, y muy por encima de casos como Irlanda, donde solo alcanza el 55%. Entre 2013 y 2023, España registró una fuerte caída del 25% en la población infantil de 0 a 4 años.
Inversión
En España, la inversión educativa medida en gasto por estudiante de educación primaria a terciaria (13.385 dólares) es inferior a la media de la OCDE (15.023 dólares) y de la UE25 (14.285 dólares). Sin embargo, en relación con la riqueza del país, España destina un 26,5% del PIB per cápita por estudiante, superando tanto la media de la OCDE (25,3%) como la de la UE25 (24,3%). Estos datos muestran que, aunque España invierte menos por estudiante en términos absolutos, realiza un esfuerzo relativo mayor en función de su capacidad económica, situándose en un grupo de países junto a Chile, Japón o Portugal, que combinan menor gasto por alumno con un esfuerzo relativo elevado.