El Día mundial para la Reducción de los desastres naturales, WWF recuerda que el mundo se enfrenta a una "nueva realidad" al haber alcanzado ya el primero de muchos puntos de no retorno del Planeta –la muerte masiva de los arrecifes de coral tropicales- que tendrá consecuencias catastróficas a menos que se actúe con urgencia. Así se recoge en un informe publicado por la organización, junto a la Universidad de Exeter y otros socios internacionales. En clave nacional, hoy se celebra en Ponferrada (León) la convención del Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática; un compromiso cada vez más necesario dado el contexto de danas, incendios forestales inextinguibles, aumento de la temperatura del océano o sequías cada vez más prolongadas que atraviesa el país.
El segundo Global Tipping Points Report, elaborado por 160 científicos de 87 instituciones en 23 países de cara a la cumbre climática COP30, lanza un mensaje inequívoco: los arrecifes de coral tropicales —de los que dependen casi mil millones de personas y una cuarta parte de la vida marina— están superando su punto de no retorno.
Según este informe, la regresión de estos ecosistemas es ya generalizada y, a menos que se revierta el calentamiento global, los grandes arrecifes desaparecerán tal y como los conocemos, aunque algunas zonas refugio podrían sobrevivir si se protegen eficazmente frente a amenazas como la sobrepesca o la contaminación.
Los autores advierten que el mundo se acerca rápidamente a otros puntos de no retorno con consecuencias devastadoras para las personas y la naturaleza, entre ellos:
- el deshielo irreversible de las capas de hielo polares,
- la degradación del Amazonas,
- y el colapso de corrientes oceánicas clave que regulan el clima global.
Con el calentamiento global a punto de superar 1,5 °C, los investigadores insisten en que cada fracción de grado y cada año por encima de este umbral cuenta, y que limitar el llamado overshoot (el rebasamiento temporal de ese límite) es esencial para evitar una cascada de colapsos en los sistemas naturales.

"Nos estamos acercando rápidamente a múltiples puntos de no retorno que podrían transformar nuestro mundo, con consecuencias devastadoras para las personas y la naturaleza. Esto exige una acción inmediata y sin precedentes por parte de los líderes en la COP30 y de los responsables políticos de todo el mundo", afirmó el profesor Tim Lenton, del Global Systems Institute de la Universidad de Exeter.
Para el Dr. Mike Barrett, asesor científico jefe de WWF Reino Unido y coautor del informe, las conclusiones son "increíblemente alarmantes", "que los arrecifes de coral estén superando su punto térmico de no retorno es una tragedia para la naturaleza y para las comunidades que dependen de ellos. Si no actuamos de forma decidida ahora, también perderemos la selva amazónica, las capas de hielo y corrientes oceánicas vitales. En ese escenario nos enfrentaríamos a un resultado verdaderamente catastrófico para toda la humanidad". Barrett subrayó además que las soluciones existen y están al alcance, pero requieren "valentía política y liderazgo para hacerlas realidad".
El informe describe los puntos de no retorno del sistema terrestre como una amenaza distinta a otros desafíos ambientales, por su carácter abrupto e irreversible. Las actuales estructuras de gobernanza internacional no están preparadas para responder a estos riesgos, por lo que se necesita una reforma profunda de las políticas globales y la incorporación de los impactos de estos procesos en las estrategias de adaptación, los mecanismos de pérdidas y daños, y las políticas de derechos humanos.
Según la Dra. Manjana Milkoreit, de la Universidad de Oslo, "el pensamiento político actual no suele tener en cuenta los puntos de no retorno", lo que exige "trayectorias de mitigación anticipadas" que reduzcan al mínimo el tiempo y la magnitud del exceso de temperatura sobre 1,5 °C. Para ello, será necesario acelerar la reducción de emisiones y multiplicar las estrategias sostenibles de eliminación de dióxido de carbono.
El informe también ofrece una visión esperanzadora: los llamados "puntos de no retorno positivos", que pueden desencadenar transformaciones autoimpulsadas en sentido inverso, hacia la sostenibilidad.
Algunos ya se han puesto en marcha como la expansión de la energía solar y eólica o la adopción masiva de vehículos eléctricos y bombas de calor en los mercados líderes. Estas transiciones pueden acelerarse aún más si los gobiernos actúan coordinadamente en "puntos de superpalanca" —sectores donde una sola política puede generar efectos multiplicadores en otros ámbitos, como la energía, el transporte y la calefacción—.
El informe destaca también el potencial de Brasil, anfitrión de la COP30, para liderar nuevos puntos de inflexión positivos en sectores industriales como el acero, el hidrógeno y el amoníaco verdes, y para restaurar la naturaleza y la biodiversidad mediante modelos sostenibles de producción y consumo.
"Solo con una combinación de políticas decisivas y acción de la sociedad civil podemos cambiar la trayectoria del mundo: de enfrentarnos a riesgos existenciales a aprovechar las oportunidades de transformación positiva", concluyó el profesor Lenton.
Los casos de estudio incluidos en el informe muestran que el riesgo de colapso se extiende ya a otros grandes sistemas naturales
El Amazonas podría entrar en un proceso irreversible de degradación con un aumento de temperatura tan bajo como 1,5 °C, debido a la combinación de la crisis climática y la deforestación. Este bosque, del que dependen más de cien millones de personas, podría salvarse gracias a modelos de gobernanza inclusiva, el reconocimiento del conocimiento indígena y mayores inversiones en restauración.
Por su parte, la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC) —la gran corriente oceánica que regula el clima del Atlántico Norte— podría colapsar antes de alcanzar los 2 °C de calentamiento, lo que provocaría inviernos mucho más fríos en Europa, alteraciones en los monzones de África e India y caídas en la productividad agrícola global.
La Presidencia de la COP30 de Brasil trabaja junto a la Universidad de Exeter y otros socios científicos para incorporar estos hallazgos en la Agenda de Acción de la cumbre que tendrá lugar el próximo mes de noviembre. El embajador André Corrêa do Lago destacó el valor del informe como "una evidencia esperanzadora y sobria de que la humanidad aún puede optar por cambiar y evolucionar hacia un futuro seguro, próspero y equitativo".
El informe concluye que el futuro del planeta depende de activar, cuanto antes, una cascada de cambios positivos. Lograrlo requerirá políticas valientes, cooperación internacional y participación ciudadana para transformar el sistema económico y social en un modelo bajo en carbono y resiliente al clima.
Las consecuencias de la crisis climática, cada vez más presentes en España
España es uno de los países más afectados por la emergencia climática junto con otros países mediterráneos. En los últimos meses, las graves consecuencias de la crisis climática han estado cada vez más presentes en todo el territorio con incendios cada vez más graves e inapagables, DANAS que han desbordado los ríos especialmente en el Este de la península, sequías cada vez más prolongadas, lluvias torrenciales y otras catástrofes naturales.
"Estos fenómenos cada vez más extremos no solo tienen un impacto ambiental devastador, sino también social y económico. Lo que hemos vivido en nuestro país en los últimos meses demuestra que, independientemente de la zona en que habiten, todos los ciudadanos son víctimas potenciales de la crisis climática y que los problemas ambientales se pueden transformar de forma súbita en emergencias sociales. Por ello, desde WWF creemos que es fundamental abordar cuanto antes y desde la ciencia los impactos de la doble crisis climática y de biodiversidad sobre las personas y la naturaleza, ya que estos fenómenos serán más frecuentes en los próximos años", explica Luis Suárez, coordinador de Conservación de WWF España.
La Convención del Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática que se celebra hoy y mañana en Ponferrada (León) es una oportunidad de reunir a todas las fuerzas políticas, administraciones, sociedad civil, ciencia, empresas y sindicatos para alcanzar un consenso sobre las grandes políticas que habrá que impulsar en los próximos años y que permitan mitigar y adaptar España ante el contexto climático extremo actual.