Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha estudiado la capacidad de desplazamiento de los gatos domésticos descubriendo que algunos de ellos, los más jóvenes y los que viven cerca de entornos naturales pueden alejarse hasta más de dos kilómetros de su hogar, con potenciales consecuencias sobre la fauna silvestre.
El estudio, publicado en la revista Ecological Solutions and Evidence, constituye el primer análisis sistemático realizado en la Península Ibérica sobre la capacidad de los gatos domésticos de penetrar en hábitats naturales y de interactuar con especies de conservación prioritarias, como el gato montés.
Para realizar el estudio, el equipo científico analizó los desplazamientos de 64 gatos domésticos, monitorizados con un sistema de seguimiento por GPS, incluyendo tanto gatos con dueño como callejeros, de distintas edades y de ambos sexos en distintos ambientes.
En promedio, los gatos se localizaron a unos 88 metros de su casa, y en el 42 % de las ocasiones permanecían a menos de 50 metros; no obstante, algunos individuos llegaron a rebasar el kilómetro y, en alguna ocasión -gatos más jóvenes, esterilizados y con propietarios con áreas de campeo más grandes-, recorrieron incluso más de 2 kilómetros.

Gato durmiendo durante el día
Los resultados revelaron que factores como la edad, el entorno natural y la época del año condicionan el tamaño de las zonas de máxima actividad de los gatos, es decir, el área que usan con mayor frecuencia.
Consecuencias sobre la fauna silvestre
"Aunque los gatos suelen permanecer cerca de los lugares donde residen o se les proporciona comida, el hecho de que los gatos domésticos recorran frecuentemente distancias superiores a 500 metros desde sus hogares implica un gran potencial de impacto sobre la fauna silvestre", ha explicado Francisco Palomares, investigador de la EBD-CSIC.
Las consecuencias de este comportamiento en la Península Ibérica no son menores, y en algunos espacios naturales ya se han hecho evidentes sus efectos como en el caso del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada o en el de Montañana Palentina donde se han documentado casos de encuentros frecuentes entre gatos domésticos y gatos monteses, los cuales ocurren a menos de 100 metros de casas habitadas y provocan que los felinos puedan competir por alimento e incluso hibridarse.
Para suavizar las posibles consecuencias ecológicas, el equipo considera importante controlar las salidas de los gatos domésticos al exterior y promover campañas de educación que fomenten la tenencia responsable de estos felinos, animando a los propietarios a mantener a los gatos dentro de su hogar y supervisando el tiempo que pasan al aire libre.
A nivel normativo, podrían establecerse algunas medidas como la creación de zonas de exclusión o de amortiguamiento (buffer zones) alrededor de áreas protegidas o sensibles. Otra medida sería prohibir la alimentación de gatos al aire libre en estos espacios, impulsar programas de esterilización y establecer regulaciones locales sobre las mascotas de libre deambulación.
"Priorizar la aplicación de estas acciones en áreas con mayor valor natural, y durante los períodos biológicamente sensibles, podría mitigar sustancialmente el riesgo que los gatos domésticos representan para la fauna nativa", ha concluido Palomares.





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