La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ha concluido una misión de tres días en Chad, en la que ha advertido sobre el agravamiento de la crisis que afecta a la infancia en el este del país, una región que ha recibido a cientos de miles de personas refugiadas provenientes de Sudán.
Russell se ha reunido con niñas y niños que viven en comunidades de acogida, así como con menores refugiados, en un contexto en el que el número de niños y niñas desplazados por el conflicto en Sudán ha superado ya los dos millones. Esta cifra alarmante incluye a los más de 700.000 menores que han cruzado hacia el este de Chad desde que estalló la violencia en abril de 2023.
"Cientos de miles de niños y niñas extremadamente vulnerables están soportando el impacto de la guerra en Sudán y la falta de servicios esenciales en Chad", ha afirmado Russell. "En el este del país, ha conocido a mujeres y niños que llegaron con poco más que los recuerdos traumáticos que cargan consigo. Una mujer me ha contado su dolorosa experiencia huyendo de El Geneina, en Darfur, tras presenciar asesinatos, violaciones masivas y la quema de viviendas. Cada día siguen llegando cientos de personas. Muchos menores están desnutridos, fuera del sistema educativo y expuestos a graves riesgos como la explotación y las enfermedades. Las comunidades de acogida están compartiendo lo poco que tienen, pero todos estos niños y niñas necesitan con urgencia apoyo y protección."

Durante su visita a Adré, una ciudad fronteriza desbordada por la llegada masiva de refugiados, Russell se ha reunido con familias recién llegadas, una familia chadiana que acoge a un menor no acompañado, y ha visitado un centro que brinda servicios a mujeres y niñas que han sobrevivido a la violencia de género. En Adré, hay un residente por cada seis personas refugiadas, lo que ha llevado a las comunidades locales al límite de su capacidad.
Desde el inicio del conflicto, cerca de 860.000 refugiados sudaneses y unos 274.000 chadianos retornados han buscado protección en Chad, según cifras oficiales. Los niños y niñas representan el 61% de los nuevos refugiados y el 68% de las personas retornadas, sumando más de 700.000 menores. La mayoría ha ingresado por Adré y otros puntos fronterizos en las provincias de Ouaddaï, Sila, Wadi Fira y Ennedi Est, algunas de las zonas más desfavorecidas del país.
A pesar de los enormes esfuerzos del Gobierno de Chad y de los aliados humanitarios, la magnitud de la crisis es inmensa. El sarampión y la desnutrición se están propagando, y existe un alto riesgo de que el brote de cólera que actualmente afecta áreas de Darfur Occidental se extienda a Chad. Dos de cada tres niños y niñas refugiados están sin escolarizar. Los servicios de agua, salud y protección están al borde del colapso.
Chad es ya uno de los países más pobres del mundo. A pesar de haber reducido a la mitad la mortalidad infantil desde 1992 (de 202 a 101 muertes por cada 1.000 nacidos vivos) y de haber mejorado la cobertura de vacunación infantil, el país aún registra la cuarta tasa de mortalidad infantil más alta del mundo. Alrededor de 1,5 millones de niños y niñas menores de cinco años padecen retraso en el crecimiento, y más de tres millones están fuera del sistema escolar.
Cuando acaba una crisis le sigue otra que golpea a la infancia, todas impulsadas por los conflictos, la violencia y los efectos del cambio climático. "El pueblo de Chad ha demostrado una generosidad extraordinaria", ha declarado Russell. "Pero no puede enfrentar esta situación solo. Debemos solidarizarnos con él, y con los niños y niñas de Sudán, fortaleciendo el apoyo a los sistemas nacionales y a las comunidades que están en primera línea, por todos los niños y niñas".
UNICEF está llevando a cabo una respuesta humanitaria integrada, centrada en la protección de la infancia, la salud, la nutrición, el agua, el saneamiento y la educación. En Adré y zonas cercanas, los equipos apoyados por UNICEF han vacunado a miles de niños y niñas, proporcionado agua potable a decenas de miles de personas y creado espacios seguros para la infancia, además de servicios para las mujeres supervivientes de violencia de género. Sin embargo, persisten importantes brechas de financiamiento. Para 2025, UNICEF requiere 98 millones de euros para su respuesta humanitaria en Chad, incluyendo el este del país. Hasta la fecha, solo se ha recibido el 34% de los fondos requeridos.
Durante su estancia, Russell también se ha reunido con el presidente Mahamat Idriss Déby Itno, a fin de reafirmar el compromiso de largo plazo de UNICEF con Chad y dialogar sobre el apoyo al nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2030. UNICEF colabora estrechamente con el Gobierno para ampliar las inversiones en salud, incluidas las campañas de vacunación contra la poliomielitis, educación y protección social a nivel nacional.