Un proyecto inclusivo en Chile ha conseguido convertirse en un logro histórico y sin precedentes en Latinoamérica al vincular a grandes empresas con cooperativas de recicladores de base, quienes hasta ahora se dedicaban a la recolección individual de residuos.
Solo en 2024 facturaron más de 2 millones de dólares prestando servicios a los Sistemas de Gestión (SIG) bajo la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), según cifras aportadas por la Fundación Avina.
Para este 2025 "las proyecciones estiman que las ventas podrían alcanzar entre 4,5 y 5 millones de dólares, consolidando un modelo que está transformando vidas, territorios y el sistema de reciclaje del país", auguró a EFE la citada fundación.
Creada hace tres décadas, Avina es una organización que desde el sur global busca impulsar procesos colaborativos que generen cambios sistémicos a favor de la dignidad humana y el cuidado del planeta.
"Chile es un país referente a nivel de América Latina, es uno de los países más avanzados en la materia y las cifras son enormes, algo que es muy positivo", explicó Antonia Garcés, coordinadora programática de Fundación Avina y coordinadora de Latitud R en Chile.
Leyes clave
Este gran avance en Chile ha sido posible, sobre todo, gracias a una alianza estratégica forjada en 2021 entre la Asociación Nacional de Recicladores de Chile (ANARCH), Latitud R, filial regional de Fundación Avina y la Cooperativa Araucanía Hub, un equipo técnico especialista en creación y desarrollo de cooperativas en el sector del reciclaje.

Reunión "Latitud R - Reciclaje Inclusivo para la Economía Crcular" en la que participan Directores del Banco Interamericano del Desarrollo de distintos países, representantes del sector público y recicladores de base, en Santiago. (EFE)
En octubre de 2023, y tras dos años de trabajo territorial, comenzaron a firmarse los primeros convenios formales entre cooperativas y Sistemas de Gestión, marcando el inicio de un nuevo ciclo para los recicladores.
Por primera vez se transformaron en prestadores directos de servicios esenciales como recolección selectiva domiciliaria, operación y retiro en puntos verdes, administración de la Infraestructura de Reciclaje (IRAR), retiro especializado, clasificación y valorización de materiales.
A la fecha, existen más de 25 convenios firmados y más de 15 cooperativas trabajando directamente con los sistemas, recordó Garcés.
"Una ley como la ley REP, que incorpora la inclusión de los recicladores de base dentro del mercado, te pone en una posición muchísimo más grande, muchísimo más importante que quizás otro oficio", subrayó.
Generador de empleo estable
En 2025, ANARCH dio un paso más al crear cinco federaciones de Cooperativas de Recicladores de Base, una estructura inédita en Chile que permitió fortalecer la representación territorial y política del sector y avanzar hacia los salarios dignos y la estabilidad en un sector con amplia informalidad.
En la actualidad, y según datos de Avina, hay más de 200 personas empleadas en cooperativas con un sueldo medio de 700 dólares, casi el doble del que había antes de la ley REP, y una inversión de 270.000 dólares en financiamiento público destinado al fortalecimiento de cooperativas.
"Este proceso demuestra que, cuando se articulan financiamiento, asistencia técnica y organización social, los recicladores de base pueden transitar hacia condiciones laborales dignas y sostenibles", explicó Avina.
Pero también hacia la integración, que en este caso se refiere a su entrada en el mercado laboral, ya que desde fuera este oficio ha quedado tradicionalmente en la marginalidad.
Seguir creciendo
El proyecto en Chile se ha convertido en un referente del reciclaje inclusivo en Latinoamérica y el Caribe, pero aún queda mucho por lograr en el camino hacia la economía circular y la acción climática.
Además de integrar nuevas cooperativas en el Sistema de Gestión, fortalecer las capacidades técnicas y la trazabilidad de los materiales y la expansión nacional, uno de los objetivos es duplicar las ventas para asentar la formalidad y el futuro del proyecto.
"Este crecimiento demuestra que la formalización y el trabajo articulado funcionan. Los recicladores de base pasan de la informalidad a ser actores clave de la ley REP, con ingresos dignos y reconocimiento real", señalaron desde la dirección de Avina.
"Los recicladores de base existieron siempre y hoy día queda como el desafío de seguir reconociendo el valor ambiental, social y económico que tienen en el país y en el mundo", concluyó Garcés.





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