Debido a la popularidad que el plátano tiene en España muchas personas llaman por igual al plátano que a la banana. Es evidente que, por mucho que se refieran con el nombre de plátano a ambas frutas, existen propiedades diferentes que es importante tener en cuenta a la hora de llevar a cabo la compra de estos productos.
Habitualmente la banana suele estar más barata que el plátano, algo que la ha hecho ganar popularidad en el mercado durante los últimos años. En este artículo te vamos a explicar las diferencias que existen entre ambas frutas para que la próxima vez que acudas al mercado a comprar una de ellas sepas mejor qué producto te estás llevando a casa.
¿Se diferencia a simple vista un plátano de una banana?
La primera diferencia que vamos a tratar es la morfológica y es que, sí, se pueden diferenciar a simple vista un plátano de una banana. La banana, en su representación más habitual, se presenta como una fruta de una mayor envergadura en comparación al plátano. La banana suele tener una mayor longitud y grosor en comparación al plátano, pero también es una fruta más recta.

Además de por su tamaño algo más pequeño en comparación con la banana, lo que más caracteriza al plátano es su curvatura más acentuada. Estas diferencias van mucho más allá de lo estético, ya que la forma de utilizarlas en la gastronomía puede variar precisamente por esa forma con la que cuentan.
Si prestas atención al aspecto y la textura estas también son bastante diferentes. La piel de la banana suele ser amarilla uniforme, aunque puede variar dependiendo de la maduración de la misma. La pulpa interior es de color blanco y su textura es más tersa, por lo que puede ser más seca y áspera en el paladar.
En comparación, el plátano suele tener un color amarillo más intenso y también cuenta con unas motas de color marrón de lo más características. A la hora de morderlo suele ser más suave y jugoso, debido especialmente al mayor contenido de humedad.
Las diferencias de sabor son importantes
Sin duda una de las principales diferencias que se deben tener en cuenta radica en el sabor. Estas diferencias son más importantes si se tiene en cuenta el uso de ambas frutas en la cocina.
El plátano de Canarias es más dulce que la banana. Esto se debe a que cuenta con una mayor concentración de azúcares, por lo que es perfecto para el consumo directo y también para integrarlo en aquellos postres en donde se busque un mayor dulzor.
La banana también aporta un dulzor agradable, pero también presenta un sabor menos intenso y también una mayor proporción de almidón, algo que se aprecia especialmente cuando la fruta está menos madura. Que sea menos dulce no es para nada algo negativo, ya que la permite integrarse a la perfección en otro tipo de platos en donde su menor dulzor la permite combinarse mejor con otros ingredientes.
Propiedades nutricionales
En cuanto a las propiedades nutricionales también hay aspectos que se deben tener en cuenta. El plátano de Canarias es una fruta que suele contener una menor cantidad de hidratos de carbono totales. Además de esto, también cuenta con una proporción más alta de azúcares y menos almidones. En comparación con la banana, el plátano de Canarias cuenta con un mayor aporte de proteínas y vitaminas como la A, B2, B6 y C.
El plátano también es más rico en minerales y también aporta una mayor cantidad de fibra. En cuanto a la banana, esta también tiene alguna ventaja, ya que suele contar con algún contenido mayor en calcio, magnesio, hierro, zinc y cobre. Además de todo esto, el aporte calórico de la banana suele ser algo mayor en comparación al del plátano.
En definitiva, ahora puedes ver que a pesar de que se parecen bastante a simple vista existen diferencias notables entre ambas frutas. La experiencia que puedes obtener a la hora de saborear un plátano o una banana puede ser completamente diferente, por lo que deberías tener en cuenta estas consideraciones a la hora de ir a comprar al mercado.