Amistad. Una de las formas de relación más antiguas y habituales entre los seres humanos. Junto con la familia y la pareja, los amigos suelen constituir el vínculo más importante de una persona.
Pero, curiosamente, en la era digital la forma en que nos relacionamos y construimos estos lazos ha cambiado drásticamente. Y es que hoy por hoy, hay amistades que tienen lugar en espacios virtuales.
Porque más de 5.000 millones de personas del mundo usan internet y casi el 95% de ellos utiliza redes sociales. Y estas no sirven solo para mantener contacto con los conocidos de la "vida real" o compartir el día a día: en ellas, surgen amistades.
Es algo común especialmente entre los adolescentes: el 57 % de ellos ha conocido a un nuevo amigo en línea, según datos compartidos por Pew Research Center. Y no solo a través de las redes sociales, sino de los juegos en línea.
Una costumbre que no se limita solo a los más jóvenes y que puede extenderse entre generaciones: según nos relatan algunos usuarios, a veces estas relaciones perduran hasta la edad adulta, en la que también hay quienes siguen haciendo amistades en el medio digital.
Internet para acortar las distancias
Hay dos tipos de amistades digitalizadas, "aquellas que se renuevan con amigos ya conocidos que ahora viven lejos, y aquellas formadas con personas que solo conocemos virtualmente", según explica Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz).

Las videollamadas son clave a la hora de mostrar afecto a los amigos digitales. (EFE)
Plataformas como Facebook, WhatsApp, Instagram, Tiktok y Discord, en las que es posible intercambiar mensajes instantáneos o crear comunidades con personas de intereses afines, han dado lugar a este tipo de amistad digital, algo que en pandemia se incrementó enormemente.
Fue en esa época, durante la cuarentena, cuando Leonor y Mireia se conocieron: "fue hace cinco años en Discord", explica a Efe Leonor, de 23 años, "y hasta este verano no nos hemos 'desvirtualizado', porque somos de ciudades distintas... Pero cuando nos vimos por fin en persona, fue como si ya llevásemos todo ese tiempo quedando".
Sin embargo, estas dos jóvenes llevan todo este tiempo "hablando prácticamente a diario por mensajes escritos y audio, y teniendo llamadas algunas veces al mes". Según Leonor, Mireia y ella compartían no solo el día a día, sino "confidencias y consejos, como mejores amigas".
Otros, como Aitor de 26 años, han hecho amistades longevas a través de los videojuegos: "jugamos casi a diario en grupo desde hace años, aunque no todos vivimos en la misma ciudad ni nos conocemos en persona… Pero es que al final terminas conectando a nivel personal", dice a Efe.
¿Seguidores o amigos? Hay diferencias
Pero, a pesar de las ventajas que tiene internet para mantener el contacto, hay que tener en cuenta, tal y como destaca Sherry Turkle, profesora del Massachusetts Institute of Technology (MIT) para Unifranz, que "las relaciones presenciales son más efectivas a nivel psicológico debido a la capacidad de escuchar".
Y es que, "aunque las interacciones digitales pueden generar cierto grado de conexión, no alcanzan el mismo nivel de intensidad emocional que las físicas". Esto es "por el tono de voz, las expresiones y gestos, y por experimentar el contacto físico como abrazos, que liberan oxitocina".
En esa misma línea se pronuncia Fazilet Seyitoglu, psicóloga clínica, señalando que "los humanos somos criaturas sociales: necesitamos interactuar cara a cara, mirarnos a los ojos, tocarnos, estar físicamente presentes", tal y como explica para TRT World.
Hay que destacar, además, que no todos los seguidores o contactos que pueden tenerse en redes sociales son realmente amigos: de acuerdo con The Guardian, el usuario medio tiene unos 121 amigos digitales, pero solo 55 en la vida real.
Y es que, tal y como dice la filósofa Marina Garcés, autora de "Un mundo en común" en declaraciones recogidas por Bloghemia, "la amistad no es una red de contactos, sino una forma de compromiso con el mundo que compartimos".
Porque al final, las amistades, sean analógicas o digitales, necesitan cultivarse. Y en plena era digital, el desafío está en cómo utilizar la tecnología para que las relaciones que cultivemos dentro y fuera de internet, sean auténticas.