Llegan las navidades y una de las muchas cosas que se nos viene rápido a la cabeza es el turrón. Junto al árbol de Navidad y el resto de decoraciones navideñas parece que resulta complicado entender una Navidad sin turrón.
De hecho, cada vez son más las marcas que sacan sus propios turrones haciendo alguna versión de sus propios productos con el ánimo de llegar al consumidor final en esta época del año. En España, no existe una imagen más representativa de la Navidad que una bandeja con turrones, por eso en este artículo vamos a dedicar unas cuantas líneas a conocer un poco más de cerca el turrón.
Origen del turrón
Hoy en día asociamos irremediablemente el turrón a la Navidad cristiana, pero las raíces del turrón son árabes. Realmente no se sabe muy bien cuándo nació el turrón, pero se cree que sus orígenes pertenecen a la península arábiga bajo el nombre de halva. A modo de curiosidad, este término todavía se utiliza en Oriente para referirse a postres similares.
Durante la ocupación de la Península Ibérica por parte de los árabes se introdujo el cultivo del almendro y el uso de la miel como conservante y endulzante, dos precursores del turrón. La primera referencia que tenemos por escrito del turrón en España data del siglo XV en la obra "Anónimo de la Rifa", pero fue en el siglo XVI cuando el consumo del turrón se popularizó entre las clases más altas de la época.

Parece ser que el rey Felipe II era un gran aficionado a este dulce y durante aquella época ya era habitual servirlo durante las celebraciones. Con el paso del tiempo, la localidad de Jijona en Alicante se convirtió en el epicentro mundial de su producción aprovechando la abundancia de miel de romero y tomillo de la zona además de la excelente calidad de las almendras mediterráneas.
Esta tradición se ha heredado a día de hoy y por eso el turrón de Jijona es uno de los más famosos y representativos que tenemos hoy en día.
¿De qué está hecho?
La clave del turrón es su sencillez. Un turrón de buena calidad tan solo necesita cuatro ingredientes: almendras, azúcar, miel y clara de huevo. A pesar de esta sencillez la clave no se encuentra en el uso de los ingredientes, sino en la proporción de los mismos y el proceso de elaboración.
Por supuesto, a partir de aquí, hay una gran variedad de evoluciones en donde se cambian los ingredientes básicos para crear toda clase de turrones diferentes. Desde versiones representativas de algunos postres de bollería industrial hasta otras variantes de sabores de frutas.
Toda la mezcla del turrón se cuece en grandes calderos a fuego lento. Cuando se hace la variedad de turrón blando la masa se vuelve a cocer en unos morteros gigantes conocidos como "boixets" que es donde se adquiere la textura aceitosa y fundente tan propia de esta variedad de turrón.
Variedades más famosas
Lo bueno de que haya tantas variedades de turrón es que hay muchos defensores, tanto de un bando como de otro. Mientras que algunos prefieren el turrón duro, el de Alicante, otros prefieren el blando de Jijona.
Está claro que ambos turrones son compatibles y que se presenten todas las variedades en una bandeja de postre es lo más representativo y bueno del turrón. Como hemos mencionado anteriormente, cada año aparecen nuevas variedades más modernas con recetas de vanguardia que buscan llegar a nuevos paladares y reinventar el turrón.
Estas no son del agrado de todo el mundo, sobre todo de aquellos que prefieren lo clásico y tradicional por encima de todo, pero son una oportunidad estupenda para que otras personas puedan disfrutar de este postre aprovechando un sabor diferente.
Por eso nos encontramos con turrones de yema tostada, variedades de chocolate, turrones de frutas o turrones de autor que buscan ofrecer un toque diferente en Navidad. Sea como fuere, lo mejor es disfrutar del turrón con una buena compañía y aprovechar estos días para consumir un producto que, para desgracia de muchos, no está disponible durante el resto del año.





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