El minuto más largo del año

Una de las tradiciones que millones de personas repiten en España año tras año es tomar 12 uvas cada 31 de diciembre. Cada una de estas uvas se toma por cada campanada que suena a medianoche para así despedir el año viejo y dar paso al siguiente.

A pesar de que se trata de una tradición de lo más conocida, lo cierto es que no hay una certeza absoluta sobre su origen y existen varias teorías. Una de las teorías más extendidas indica que esta celebración se remonta a 1909, un año en donde hubo una cosecha excepcional en Vinalopó (Alicante) y los agricultores agudizaron el ingenio para dar salida a tanta uva popularizando el producto como "uvas de la suerte" e instaurando esta tradición.

Otra teoría más burlona sitúa esta tradición en 1882. Básicamente, esta tradición nos explica cómo el alcalde de Madrid impuso un impuesto de un duro a todas aquellas personas que salieran a celebrar los Reyes Magos. Los madrileños, como protesta, acudieron a la Puerta del Sol en Nochevieja para burlarse de la costumbre aristocrática de comer uvas y beber champán, una moda afrancesada.

La tradición nos habla de que debemos comer 12 uvas, una por cada campanada, pero muchas personas se preguntan si realmente se puede comer cualquier uva. A la hora de comprar uvas existen muchas opciones, desde variedades más grandes y más pequeñas, hasta otras que no tienen pepitas o están en almíbar.

Si lo que realmente te interesa es ser fiel a la tradición la uva que debes tomar es la uva de Aledo. Esta uva cuenta con Denominación de Origen Protegida del Vinalopó, de donde hemos mencionado antes la tradición. Esta uva es una variedad de maduración tardía, por lo que se puede recoger en diciembre en comparación a otro tipo de uvas cuya cosecha es en septiembre u octubre.

Realmente puedes tomar cualquier uva, si lo que verdaderamente te importa es cumplir con la tradición. Algunas personas eligen un tipo de uva en concreto dependiendo de la sencillez o complejidad con lo que quieran hacer el reto.

Esto es bastante importante para evitar algunos problemas de atragantamiento. Mientras que para algunas personas comer una uva al ritmo de campanada no supone ningún problema, otras pueden experimentar cierta dificultad y, al final, acabar provocando algún pequeño susto que otro. Lleva a cabo la estrategia que consideres para que puedas comer las uvas de forma segura y, por supuesto, disfrutes de la tradición rodeado de los que más quieres.

De hecho, algunas personas eligen comer otra cosa en lugar de las uvas. Ya sea porque no les gustan las uvas o por cualquier otro motivo, al final se sigue cumpliendo con la tradición a pesar de que no sea con uvas.

Cada país tiene sus propias costumbres y la de comer uvas no se extiende más allá del nuestro. Sin ir más lejos, nuestros vecinos en Italia cambian las uvas por lentejas. La razón se debe a que las lentejas gracias a su forma plana y redonda recuerda a las pequeñas monedas de oro romanas. La tradición cuenta que cuantas más lentejas se coman más dinero se va a ganar el año nuevo.

En Japón lo que se come son los fideos soba. Antes de terminar el año los japoneses preparan un bol de fideos Toshikoshi Soba de trigo sarraceno. Estos fideos son largos y finos, lo que simboliza una vida larga y próspera para quien los coma. Estos fideos son fáciles de cortar al morder y dicho corte también tiene una representación. Básicamente señala el corte con las deudas y problemas del año viejo para empezar el año nuevo limpio de problemas.

Finalmente, en México y otros países de Latinoamérica la tradición de las uvas se ha heredado, pero también añaden ciertos rituales que son propios de su cultura. Algunos de estos rituales son comer lentejas como los italianos o dar una vuelta a la manzana con una maleta para viajar mucho.