Uno de los grandes problemas que acosa a muchísimas pequeñas localidades de España es la falta de población: infinidad de comunidades rurales han desaparecido durante los últimos años porque sus habitantes decidieron mudarse a grandes centros urbanos para poder sobrevivir.
Olmeda de la Cuesta, un encantador pueblo de Cuenca situado a solo hora y media de Madrid, corría el riesgo de perecer ante el descenso constante de su población.
El vecino Vicente García reconoce: "Aquí teníamos la misma problemática que cualquier otra villa de la comarca, la diferencia es que aquí sabíamos que estábamos muertos; el resto, no, porque lo único que se puede hacer aquí es desempeñar oficios liberales o emprender, pero eso requiere tiempo y el problema de la gente joven es que no tiene paciencia; quieren ganar dinero y tener vacaciones desde el minuto uno, pero los proyectos tardan en cuajar. ¿Quién se va a quedar si le dices que no verá los frutos hasta dentro de dos décadas?".
Cuando en el pueblo solo quedaban 21 habitantes, el alcalde José Luis Regacho tuvo una idea realmente brillante: convertir la localidad en un inmenso museo al aire libre.

Olmeda de la Cuesta, Cuenca, España
El funcionario llenó el lugar de esculturas y, lo más importante, colocó en las fachadas de las viviendas reconstrucciones hechas en azulejo de históricos carteles publicitarios de marcas tan emblemáticas como Mahou, Schweppes, Antiu Xixona, Tío Pepe, Pepsi, Freixenet, Osborne, Iberia, Pikolín, Cola Cao y Michelin.
Los carteles fueron elaborados por integrantes de la Asociación para la Atención a Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo (ASPADEC), y los propios vecinos eligieron el anuncio que querían al frente de sus viviendas.
Regacho explica la estrategia que siguió: "La idea es que estén colocados de tal manera que mientras ves uno a lo lejos veas que hay otro y que continúa".
Las publicidades tienen un código QR que lleva al visitante al anuncio original de la marca en Youtube.
De esta forma, el pueblo se convirtió en un inmenso museo al aire libre, atrayendo centenares de turistas cada año.
Regacho está orgulloso de su obra: "Antes, cruzabas por la carretera y el pueblo pasaba desapercibido, estaba hundido, pero ahora lo hemos puesto en el mapa. Queremos que la gente venga, que le guste el pueblo, y se anime a hacer una casa".
Es importante remarcar que Olmeda de la Cuesta no solo destaca por su museo: situado en un espectacular entorno natural, rodeado por imponentes montañas y bellísimos campos, es el destino perfecto para quienes buscan tranquilidad y un mayor contacto con la naturaleza, con sus antiguas calles de piedra y sus casas que respetan la tradicional arquitectura manchega.
El pueblo además cuenta con dos emblemáticos templos del siglo XVII: la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo interior ha sido restaurado por los propios vecinos; y la Ermita de San Sebastián, con su cabecera con cúpula de media naranja sobre pechinas.
Cómo llegar a Olmeda de la Cuesta desde Madrid
Si se tiene vehículo propio se puede tomar la A-3 en dirección a Valencia, tomar la salida 103 hacia N-400 en dirección a Tarancón, y continuar por CM-200 en dirección a Huete. Luego, hay que seguir por CM-2026 hasta llegar a Olmeda de la Cuesta.
Si se usa el transporte público es posible tomar un autobús o tren desde Madrid a Cuenca. Desde allí, se debe contratar un taxi o un servicio de transporte local hasta Olmeda de la Cuesta.