La Fundación Arzobispo Miguel Roca-Proyecto Hombre Valencia celebró ayer por la tarde una jornada de puertas abiertas con motivo de su 40 aniversario con el objetivo de ser un encuentro abierto a todas las personas que, en algún momento, han formado parte de Proyecto Hombre: trabajadores y trabajadoras, personas voluntarias, usuarios y ex usuarios, familiares y colaboradoras.
En palabras del actual director de la entidad, Vicent Andrés, "se trata de hacer una mirada atrás recordando esta ingente labor de tantas personas y que hoy aquí nos acompañan algunos de ellos y que iniciaron los primeros programas de acogida. En estos 40 años hemos contabilizado más de 23.000 personas que han pasado por los distintos programas, y más de 15.000 familiares, aunque la realidad es mucho mayor".
En esta jornada, también se quiso rendir un homenaje a las personas que guiaron el proyecto desde sus inicios. En representación de ellas, y como actual presidenta de Proyecto Hombre Valencia, Aurora Aranda, quiso también agradecer la labor "sobre todo del voluntariado, familias y cada una de las personas que formáis parte de la gran familia de Proyecto Hombre. Es una alegría y un orgullo estar hoy aquí celebrando los 40 años de vida de este proyecto. Alegría porque hoy más que nunca es necesario celebrar la vida y esta casa sabe mucho de eso. Y orgullo porque cada una de las personas que han pasado estos años por aquí y por nuestras otras sedes en Ontinyent y en Gandía, sois personas que habéis hecho posible con vuestro esfuerzo, con vuestra iniciativa, compromiso, valentía, fidelidad y humanidad, que Proyecto Hombre sea una respuesta consolidada en el tratamiento de las adicciones y un referente del acompañamiento a las personas", concluyó.
El Arzobispo de Valencia clausura la jornada conmemorativa del 40 aniversario
En este 40 aniversario, también se quiso recordar que Proyecto Hombre nació del corazón de la Iglesia, como gesto concreto de amor, compasión y compromiso con quienes más sufren. "Las instituciones caritativas de la Iglesia están al servicio de las personas. Y después de estos 40 años, pues yo creo que debemos dar gracias a Dios", indicó el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent. "Detrás de cada persona atendida hay una historia. Detrás de cada persona hay muchas veces un sufrimiento, una esperanza". Y Proyecto Hombre "ha querido acompañar a esas personas" porque "para la Iglesia es importante que donde hay una persona que sufre, se siembre esperanza".
Cuatro caminos entrelazados: usuarios, terapeutas, familiares y voluntarios
En la celebración de este 40 aniversario, también se quiso dar voz a quienes verdaderamente sostienen el alma de Proyecto Hombre. Son mucho más que usuarios, trabajadores, familiares o voluntarios: son el latido diario de cada uno de los programas. Ellos quisieron compartir su vivencia. Cuatro caminos distintos que se entrelazan en un mismo propósito: acompañar, sanar, reconstruir.

De igual manera, se rindió un pequeño homenaje a aquellos voluntarios que conforman los grupos de autoayuda, grupos centrados en la persona que asiste al grupo, no en el familiar consumidor, consiguiendo así, un espacio de franqueza y confidencialidad, en donde uno puede expresarse con libertad absoluta sin ser juzgado ni criticado para comprender mejor lo que le esta pasando y haciendo sufrir.
"Una nueva vida"
"Me ha dado una nueva vida, de la que estoy muy orgulloso de la que llevo hoy en día. Me siento bastante feliz, el sol sale todos los días, pero sí que hay días en los que está nublado y hay que saber estar en los días no tan buenos, saber estar ahí". Son palabras de Javier, uno de los usuarios que llamó a la puerta de Proyecto Hombre en busca de ayuda.
"Está claro que siempre dicen que el trabajo lo hacemos personalmente, pero sin todo el trabajo que es esta familia, no se puede llegar a metas en las que se sueñan". De alguna manera, ese impulso se lo dio su familia. Una de las piezas claves, también, en la recuperación de las personas con adicciones.
"Aquí acudimos personas de cualquier tipo de condición social y en caso de que haya la más mínima alarma o duda de si unirse o no al proyecto, yo me lanzaría a la piscina y confiaría en esos profesionales", explica Ana, cuyo hermano accedió al programa CATA del Proyecto Hombre.
"Cuando estás en ese bucle, es muy difícil ver el riesgo al que estás expuesto. Creo que es un acto de fe, un acto de dejarse abrazar por las personas que te animan a venir, familiares, parejas, amigos, y confiar en su profesionalidad", indica.
La implicación de los voluntarios que componen la gran familia de Proyecto Hombre es fundamental. Tere es una de las primeras voces que las personas que llaman para pedir ayuda escuchan. Y esa primera respuesta, ese primer aliento de esperanza, es importante. "Es importante esa respuesta, cómo contestas cuando te llama una familia que tú sabes que en ese momento, cuando se ha decidido a dar el paso, lo está pasando muy mal".
"De las adicciones se sale"
Pilar es una de las terapeutas más veteranas de Proyecto Hombre Valencia y afirma con rotundidad que "la adicción es un síntoma. Es un síntoma de que la persona sufre y recurre a la adicción y ya le va como anillo al dedo".
El trabajo de Proyecto Hombre se centra en la persona, sea cual sea su tipo de adicción.
"Nosotros no trabajamos en una sustancia, o en la ludopatía, o en el alcoholismo. No trabajamos en eso, sino en la persona, que no hay nada de eso. Cuando trabajas en una persona, tienes que trabajar en base a sus necesidades y características", explica Paula, otra de las profesionales con las que cuenta Proyecto Hombre. "Tienes que adaptarte a lo que esa persona necesita y desde ahí vas diseñando un plan de intervención que se adapte a las necesidades y características de esa persona para que pueda hacer un proceso de cambio adecuado a lo que necesita".
Para poder dar respuesta a cada una de estas realidades y a cada una de las personas que acuden allí, el programa tiene varias alternativas. "Hay una comunidad terapéutica, pero también hay el centro de día, el programa de prevención…Tenemos muchas alternativas para poder atender las necesidades de cada persona. Ahora mismo, el objetivo de trabajar así es adaptarnos a lo que hemos llegado. Y cada vez llegan perfiles más diferentes".
Los perfiles de los usuarios y las adicciones han ido evolucionando de forma conjunta con los tiempos y la sociedad. "En el programa de jóvenes, cada año vemos un incremento de jóvenes que acuden al programa por temas de tecnología. Por temas de abuso de videojuegos, de un mal uso de la tecnología, de apuestas…", comentan las terapeutas. Y es que uno de los grandes problemas con los que se encuentran es la "normalización" de ciertas conductas en la sociedad. "Como todo el mundo lo hace, como está normalizado, como todos tenemos un móvil, como todo el mundo tiene acceso a Internet, a la tecnología en casa, pues desde ahí se van generando unas conductas que se van normalizando, pero que son conductas de riesgo".
Como asegura Ana, "hace falta mucha educación social y mucha concienciación para poder detectar esas conductas de riesgo y prevención. La prevención es básica."
Lo más satisfactorio es poder "ver el cambio, cómo van mejorando todo lo que es su estilo de vida, su bienestar a nivel emocional, a nivel psicológico... Creo que eso es lo más satisfactorio. Cuando te das cuenta de que han hecho ese clic, que conectan la necesidad de hacer un trabajo personal, de cambio... Tienen una valentía enorme. Y es que de las adicciones se sale…se puede salir". Porque tal y como concluye Javier, "con el valor y la constancia de cada uno, se supera todo".