El grupo ATLAS de la Universidad de Sevilla ha liderado una investigación que aporta una nueva visión de la sociedad calcolítica asentada en el megasitio de Valencina de la Concepción-Castilleja de Guzmán (Sevilla). En la investigación, publicada en la revista Journal of Archaeological Science Reports, también han participado diversos centros científicos nacionales e internacionales, como las universidades de Barcelona, Carolina del Norte, Mount Mercy y Viena, el CSIC, el Instituto Max Planck y el núcleo arqueológico ERA.
El estudio se ha basado en una aproximación multidisciplinar que analiza diferentes evidencias biogeoquímicas del hueso de humano para comprender las pautas demográficas y sociales de las comunidades que frecuentaron y habitaron este importante asentamiento entre aproximadamente el 3200 y 2200 a.C. Los científicos han utilizado isótopos estables de estroncio para analizar la movilidad, péptidos de amelogenina del esmalte dental para determinar el sexo de los esqueletos, análisis de ADN para estudiar las relaciones de parentesco, análisis de mercurio para comprobar la exposición al uso del cinabrio (un sulfuro de mercurio potencialmente tóxico, usado como pigmento y sustancia ritual) y datación radiocarbónica.
La integración de estos nuevos datos bioarqueológicos con estudios previamente publicados revela a Valencina como una ventana única para comprender la sociedad ibérica de la Edad del Cobre. La investigación concluye que el sitio era un lugar de interacción, "un punto de encuentro" para personas locales y no locales. Esta idea se ha demostrado a partir de la gran diversidad de materias primas halladas en el yacimiento, con procedencias probadas o sospechosas de todo el valle del Bajo Guadalquivir y otras regiones más distantes de la península ibérica, como la Meseta Central española o Andalucía oriental, así como de fuera de Iberia, como el norte de África o Sicilia.

Asimismo, el estudio describe que Valencina era un centro notable y de celebración de la diversidad cultural. La variedad de prácticas funerarias, ritos y gestos sugieren un conjunto amplio y flexible de normas culturales orientadas a la integración social.
Los investigadores también destacan que Valencina se trataba de un espacio de notable prominencia cultural, ideológica y religiosa, que atraía a personas, ideas y conocimientos de territorios lejanos. Los datos de isótopos de estroncio revelan que más de la mitad de la población enterrada en el sitio era no-local, lo cual indica la afluencia de personas foráneas. Algunas de las artesanías encontradas, elaboradas con materiales como marfil, ámbar, cristal de roca o sílex, presentan escasos paralelos en la península ibérica. Además, los resultados señalan que las mujeres desempeñaban un papel central como líderes políticas y religiosas dentro de las comunidades que habitaban o frecuentaban el asentamiento.
Como lugar central monumentalizado, Valencina funcionó durante casi un milenio en el corazón de una sociedad preestatal y preurbana, sentando las bases para la construcción, mantenimiento y negociación de las relaciones sociales. Las investigaciones en curso, centradas en el material óseo del sector PP4-Montelirio, prometen ampliar aún más nuestra comprensión de esta sociedad. Por el momento, esta investigación ofrece, por primera vez, una imagen precisa de la estructura social calcolítica de Valencina, confirmando al sitio como la verdadera "capital" de la península ibérica durante el III milenio a.C.





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