La Universidad Católica de Ávila (UCAV) ha celebrado su Solemne Acto Académico de Santo Tomás de Aquino con el que ha conmemorado la festividad del Patrono de la universidad española. La rectora de la UCAV, Mª del Rosario Sáez Yuguero, ha felicitado a todos los premiados y se ha mostrado optimista con la posible implantación del Grado en Farmacia para el curso 23/24, que cuenta ya con el informe favorable de la ACSUCYL (Agencia de Calidad del Sistema Universitario de Castilla y León), pero que todavía están a la espera de su aprobación. Para ella la UCAV ha construcción 2.800 m2 de laboratorios. La Rectora ha felicitado especialmente a José Mª Gil Tamayo tras recibir la medalla de oro de la UCAV "por su apuesta decidida por la educación católica".
Para Gil Tamayo la concesión de la medalla de oro de la UCAV "significa afianzar más mi cariño a Ávila", ha manifestado. Hay un motivo de gratitud a esta ciudad y a sus instituciones entre ellas a la UCAV que tiene una mayoría de edad y emancipación. Lo que ha pretendido durante su breve tiempo en la Diócesis de Ávila -desde finales de 2018- ha sido ensalzar la importancia del ámbito educativo de la Iglesia en la sociedad abulense. El que fuera Gran Canciller de la UCAV, se ha mostrado convencido de que "Ávila tiene un gran activo educativo, del que una parte importante está en manos de la Iglesia. Mi función como obispo ha sido cuidarlo y dotarlo de un revestimiento jurídico que lo potenciara para el futuro". De ahí la creación de la Fundación Obispo Santos Moro para gestionar los colegios diocesanos de Ávila, y la transferencia de la titularidad de la UCAV al Instituto Secular Cruzadas de Santa María para "asegurar la continuidad en manos de quien ha demostrado el gran trabajo y crecimiento durante todos estos años", ha indicado.
Igualmente, José Mª Gil Tamayo ha pedido a los abulenses que "valoren no sólo con el afecto, sino efectivamente, con ayudas y con consideración a la UCAV porque es un activo de creación de generación de trabajo para evitar esa sangría de los jóvenes que se van fuera de Ávila y pensando en el futuro. La Universidad Católica de Ávila es un factor de desarrollo y una sociedad que no mira al mundo universitario es una sociedad que no mira el pensamiento, el sentido y la capacitación para formar hombres y mujeres capaces de futuro. La UCAV cumple ese papel, está en Ávila y enraizada con su investigación en nuestro entorno". El arzobispo coadjutor de Granada ha apostado por la UCAV no sólo por la generación de puestos de trabajo, sino por su contribución al afianzamiento de los jóvenes en nuestra provincia y por ser una apuesta de futuro para esta provincia. Por ello, ha reivindicado a los abulenses, a la sociedad civil abulense y a las administraciones que miren a la sociedad y la ayuden porque "la UCAV no está en Ávila como un monumento; está viva y es una condición de futuro de la propia sociedad abulense".
El Gran Canciller de la UCAV, Jesús García Burillo, ha felicitado a Gil Tamayo por la distinción honorífica concedida por la UCAV y ha expresado su deseo de que este signo permanezca como un vínculo de comunión entre él y la universidad abulense".
El curso 22/23 comenzó en septiembre con más alumnos que el pasado, más de 4.700 en titulaciones oficiales, y con la implantación del Grado en Ingeniería Electrónica, Industrial y Automática, el Máster Universitario en Nutrición y Dietética en la Actividad Física y la Práctica Deportiva, y el Programa de Doctorado en Calidad Agroalimentaria y Medio Ambiente, y tres nuevas Menciones en Educación Primaria (Nuevas Tecnologías en Educación, en Lengua Francesa y la mención cualificadora en sistemas alternativos y/o aumentativos de comunicación y necesidades educativas especiales).
El profesor Dr. Rafael Monterde ha expuesto su Elogio de Santo Tomás. La cuestión central de su discurso ha sido la pregunta por la naturaleza del conocimiento humano. Ha distinguido dos formas de entender el conocimiento, una clásica y otra moderna. Según la última, siguiendo el pensamiento de Francis Bacon, el conocimiento humano se basa en el poder y el control sobre la naturaleza. Es una forma de entender el conocimiento que está inspirada en la magia y que supone que la realidad carece de racionalidad e inteligibilidad. El conocimiento humano, dentro de esta perspectiva, se inspira en el miedo, no en la confianza, lo que supone un problema para la búsqueda del saber.
En cambio, la inspiración clásica del pensamiento de Tomás de Aquino tiene un punto de partida diferente. Tomás de Aquino con confunde el Mito y la ciencia, sino que confía en la racionalidad e inteligibilidad de la naturaleza. Gracias al pensamiento de Aristóteles y Agustín de Hipona, Tomás de Aquino entendió que "lo que mueve el conocimiento humano hacia su perfección es el amor, que es lo más excelso y es fuente de verdadera libertad, de auténtico futuro", según Monterde. La sabiduría de Santo Tomás es una sabiduría del corazón que se funda en la realidad del Dios Vivo, ha mencionado en su intervención.