A pocos kilómetros de la ciudad de Burgos se encuentra el Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, creado en 1187 por el rey Alfonso VIII y su esposa Leonor de Plantagenet con un objetivo muy preciso: permitirle a la abadesa que controlara el lugar con una completa independencia, algo muy inusual en aquellos años.
María Jesús Herrero, conservadora de Patrimonio Nacional y autora de la esencial "Guía del Monasterio de las Huelgas", sintetiza lo que ocurrió en diálogo con "The Objective": "La abadesa solo debía rendir cuentas ante el Papa y en los territorios y monasterios de su jurisdicción ejercía un poder absoluto, como un 'príncipe eclesiástico y civil'".
Y agrega: "Otras abadías como las de Fontevrault en Francia o Conversano en Italia tuvieron abadesas con mucho poder, pero siempre sujetas a un Vicario. La abadesa de las Huelgas es un caso único y excepcional en la Edad Media cuya jurisdicción eclesiástica era calificada de cuasi episcopal vere nullius, es decir, no sujeta a un obispo. Desde su primera abadesa, doña Sol (1187-1203), el señorío de las Huelgas abarcaba 14 pueblos grandes y 50 pequeños y estaban sujetos a su autoridad 13 monasterios. Sus posesiones se extendían desde la Llana de Burgos hacia Toledo y Santander".
Las primeras monjas en vivir aquí fueron enviadas desde el Monasterio de Santa María de la Caridad (Navarra). Sus dos primeras abadesas fueron la infanta Misol y la infanta Constanza.

El Monasterio visto desde el castillo
Otro detalle fundamental, que marca su importancia, es que fueron armados caballeros allí Eduardo I de Inglaterra, Fernando III el Santo, Pedro I el Cruel, Alfonso XI de Castilla y León, y Juan II. Y se coronaron en el lugar Alfonso XI y su hijo Enrique.
En el año 1873, tanto Pío IX como la I República decidieron quitarle al monasterio la jurisdicción civil de la que gozaba. Actualmente, viven en el lugar monjas cistercienses que reciben, todos los días, a miles de turistas interesados en admirar algunas de las vidrieras más antiguas de Europa, visitar los sepulcros reales que se conservan en el lugar o conocer el museo instalado en el claustro de San Fernando que guarda una rica variedad de objetos y telas del siglo XIII y XIV, por ejemplo, un increíble pendón árabe que pesa 6,2 kilos y está hecho con hilos de seda de diferentes colores (rojo, verde, amarillo, blanco, azul y negro), que obtuvo Alfonso VIII, rey de Castilla, en la Batalla de las Navas de Tolosa.
El monasterio, declarado Monumento histórico-artístico el 3 de junio de 1931, no perdió su poder de atracción, como quedó demostrado en 2018, cuando se viralizó la historia de Mary Carmen, una hospedera de 70 años que decidió dejar a su familia (madre de 6 hijos y abuela de 17 nietos) para convertirse en monja e integrarse a Las Huelgas.
La Archidiócesis de Burgos recogió la increíble historia de la mujer, que contó cómo tomó su decisión: "Yo tenía mucho, tenía a mis hijos, y estábamos muy unidos. Aunque no era consciente de tener tanto. Me parecía normal tener toda esa felicidad… Hasta que una Cuaresma, haciendo oración, dije: 'Señor, si ya se ha ido mi marido… ¿Qué más puedo darte?'. Y lo oí claramente, el Señor me dijo: 'No hace falta que me des nada, déjalo todo y vente conmigo'".
Mary confesó: "Me quedé como María, un poco impactada. Dije: '¿Cómo va a ser eso?'. El día de Jueves Santo, en la Hora Santa en la parroquia, se leyó el pasaje del prendimiento de Jesús y el último versículo dice: 'Y todos los discípulos, abandonándole, huyeron'. Y yo, que soy, de Zaragoza, como Agustina de Aragón, dije: 'Yo no te abandono, Señor. Y aquí estoy"'.





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