La primera semana de mayo comenzaron los trabajos para transformar el antiguo vertedero de residuos en un gran parque forestal en el noroeste de Alcobendas, en el Distrito Norte, para uso y disfrute de todos los vecinos. El Ayuntamiento de Alcobendas ha adjudicado las obras a la UTE Constructora San José – El Ejidillo Viveros Integrales por 9.544.836 euros, que contará con una subvención de 3.608.315 euros de financiación europea.
El Parque Forestal cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea-NextGenerationEU.
Una gran zona de juegos
Con financiación 100% municipal se ha diseñado una zona para la integración urbana, en lo que ha venido a denominarse 'Fachada urbana'.
Junto a la urbanización Fuente Lucha se construirán dos accesos al parque forestal y, frente a la calle Suerte, se instalará una gran zona de juego con una estructura de madera a base de troncos, que evocará a un organismo vivo, con grandes toboganes que salvarán el desnivel del terreno y prevé una lámina de agua.

Será un gran parque infantil inclusivo para niños de todas las edades y capacidades, que incluirá también juegos para los mayores, estimulando la interacción con el colectivo de la tercera edad. También se ha previsto una nueva zona de huertos, la quinta de la ciudad.
Casi tres mil árboles
El antiguo vertedero se renaturalizará en un gran pulmón verde de 180.000 metros cuadrados que minimizará el impacto del antiguo vertedero, fomentará la biodiversidad y la conectividad ecológica y será un sumidero de carbono gracias al restablecimiento de ecosistemas propios y la plantación de 2.936 árboles y 86.534 arbustos.
Por la topografía existente, el parque queda configurado como un excelente mirador hacia espacios naturales cercanos como el Monte de Valdelatas, el Monte de El Pardo, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el Parque Nacional de Guadarrama. Será un lugar privilegiado en el que disfrutar de un entorno que forma parte de la Red de la Biosfera, la Red Natura y la Red de Espacios Naturales Protegidos.
Nueve ecosistemas
Durante los próximos ocho meses se llevará a cabo la plantación de una amplia variedad de especies, tanto coníferas como frondosas, con el objetivo de reforestar completamente las 18 hectáreas disponibles y crear un gran corredor verde que facilite la conexión con otras unidades ecológicas cercanas.
Se crearán nueve tipos de ecosistemas para la mejora ambiental y la atracción de fauna diversa. Destacan diferentes tipos de bosques, zonas de herbazal, praderas floridas y charcas, cada uno de ellos caracterizado por una vegetación específica. Se plantarán encinas, pinos piñoneros, pinos carrascos, alcornoques y olmos. En el estrato arbustivo irán enebros, lentiscos, coscojas, jaras o retamas además de matorrales bajos como torvisco, tomillo, lavanda y jaguarcillo.
En dos zonas encharcables, una en el norte y otra en el noroeste, se plantará arbolado de ribera como álamos, sauces y chopos y juncos, majuelos o saúcos en el estrato arbustivo.
Biodiversidad
El proyecto diseñado fomenta espacios adehesados en algunas áreas. Esta diversificación de hábitats pretende mejorar y fomentar la presencia de invertebrados, anfibios, reptiles y aves, propiciando las condiciones para que acudan también pequeños mamíferos o proliferen en este entorno.
Como medida adicional, para fomentar la biodiversidad y diversificar los hábitats, se apuesta por habilitar elementos como hoteles para insectos, nidales colgantes y otros específicos para búhos y lechuzas, perchas pajareras y refugios para zorros, entre otros. Además, el vallado perimetral facilitará el paso de especies animales.